Niall Applewhite Drew

Nombre: Niall Applewhite Drew

Casa: ¡Gryffindor!

Edad: 17 años.

Curso: Séptimo curso.

Estado social: Cazador en el equipo de Quidditch.

Varita: Madera de endrino, según lo que le dijeron significa: control, estímulo, energía caótica, obstáculos, fricción, desafíos. Su núcleo es de pluma de fénix: buena para encantamientos en general y resistentes. 23 cm. Es una varita bastante leal a su dueño y algo temperamental. Su color es oscuro como el chocolate, y en su empuñadura tiene grabado simplemente sus iníciales.

Mascota: Al contrario que la mayoría de sus compañeros, él eligió llevar un hurón blanco, su mascota de toda la vida, y nada más. Su nombre es “estafa”. No obstante, adoptó un gatito gris que apodó callejero y que dejó en casa.

Psicología: Veamos, ¿cómo comenzaríamos a describir a este chico? En primer lugar, es como cualquier adolescente de su edad: Las hormonas están al cien por ciento y la rebeldía no se hace esperar. En segundo lugar, tiene un sentido del humor bastante negro y hasta cierto punto, algo estúpido. Se ríe de casi cualquier cosa que le parezca cómica, aunque no lo sea. En tercer lugar, es bastante distraído y muy flojo. En serio, él dice que su juventud no espera y que por eso prefiere vivirla a matarse estudiando como si fuese un ravenclaw. No, no es tonto, ni tampoco un idiota. De hecho, es bastante inteligente para un chico de su edad. Pero como el estudio no le llama la atención prefiere dedicarse a cultivar otros talentos.

La música, su única pasión. No es raro verlo con su guitarra tocando, o incluso, en módulos libres, haciendo música con las bancas. Le encanta y le apasiona, aunque sabe que su padre está en total desacuerdo. Cosa que en lugar de causarle un cargo de conciencia, le motiva a trabajar más y aprender de los objetos musicales muggles que tanto le llaman la atención.

Como todo buen Gryffindor, es muy temperamental, impulsivo y toma decisiones sin pensar. Gusta de hacerse el rudo y el fuerte, aunque una vez le pisaron el dedo del pie y se la pasó llorando por casi una hora. Le encanta estar desnudo cuando está en su casa, pero cuando está en Hogwarts, normalmente se pasea por su habitación en bóxers. Fuera de eso, le encanta andar descalzo.

Un chico que no teme luchar por lo que cree correcto, que por sus seres queridos es capaz de sacar la espada. Con sus amigos es un chico muy cariñoso y dulce…

Con respecto a su futuro, aún está perdido. No sabe que hará al salir de Hogwarts. Quiere pensar que podría trabajar haciendo música, si es necesario, irse al mundo muggle donde apreciarían su música. Pero sabe que lo que en realidad desea su padre es que aspire a tener un puesto importante como reportero en el Profeta, quizás convertirse algún día en editor del periódico.

Físico:
Mide 1.72 de estatura, alto y delgado, más no para estar en los huesos. En realidad es un poco flojillo, y tiene sólo los músculos necesarios y que ha desarrollado por jugar bien al Quidditch. Lo que en realidad llama mucho la atención de su anatomía, son los 15 tatuajes que se ha hecho a lo largo de su vida. Cada uno tiene un significado muy especial para él y representa todo lo que le importa en la vida.
Su piel es muy blanca, como buen inglés, algo pecosa y lamentablemente tiene el problema del acné, aunque intenta controlarlo, también tiene muy poca tolerancia con el sol. Su cabello es de color castaño claro, con algunos reflejos rojizos, dependiendo de la luz del día.
Su rostro es muy aniñado, es un traga años. Posee una nariz pequeña y respingona, labios delgados, pómulos no muy marcados, y ojos castaños.
Cuando no está usando el uniforma de Hogwarts, gusta de ponerse ropa muy muggle, que a veces no parece tener ni pies ni cabeza, pero que a él le encanta. Sombreros locos, jeans ajustados, camisetas con logos y emblemas graciosos… su estilo es muy indie. A pesar de ser Metamorfomago, procura no abusar de su don, heredado de su abuela y es una cualidad que mantiene en secreto y de la cual sólo están enterados la directora y algunos profesores de hogwarts.

Gustos:
Adora y ama la música por sobre todas la cosas, siempre pondrá a la música por sobre todo lo demás, incluida la escuela. El chico asegura que será el próximo David Bowie y que será famoso entre magos y muggles. Tiene fascinación por la cultura muggle, desde su música, hasta el culto que tienen por bandas como Nirvana y Pink Floyd. Adora a los Beatles, y tiene una gran colección de discos todos obsequiados por su abuela. Le encanta la comida, y se considera ovolactovegetariano. Ama las películas como the rocky horror picture show y es un fanático del cine de horror experimental. Le gusta su mejor amiga desde cuarto año, pero él no se ha dado cuenta porque no la ve como una chica. Su bebida muggle favorita es el juguito de uva. El color azul marino y las franjas le fascinan. Ha visto muchos musicales y a veces interpreta canciones de estos todo el día. Es fanático de las películas de Disney, sobre todo del rey león. Su materia favorita es cuidado de criaturas mágicas.
Desagrados:
Odia la aritmancia, es pésimo, así como historia de la magia. No es que sea tonto, es que es muy flojo y no le gusta usar demasiado el cerebro. Le choca despertar temprano para los entrenamientos de Quidditch y que lo traten de mocoso sólo por su tamaño. Le desesperan los exámenes, siente que se pone nervioso y se pone tenso, además de que se queda con la mente en blanco durante estos. No le gusta la ropa, se siente atrapado en esta. No le agrada la idea de quizás no ser un rock star y terminar trabajando en el profeta como un simple editor.

Familia:
Lluvia Drew {Abuela materna} una mujer de avanzada edad con el corazón de una niña. Se quedó en la época del amor y la paz, atrapada bajo su larga melena rubia, ahora plateada, y faldones largos, plumas de ave en el cabello, y tatuajes libertinos. Es, en palabras de Niall, la mejor abuela del mundo.
Antoniette Drew {Madre} Miembro del departamento de inefables en el ministerio de magia. Hija de una muggle y de un mago sangre pura. Toda su familia estuvo en Ravenclaw y se cree que tienen lazos de sangre con otra familia importante como lo son los Fairfax, cosa nada rara en el mundo mágico.
Rudolf Applewhite {Padre} Escritor en el profeta. Siempre ha pertenecido a una familia de magos exclusivamente. Casarse con Antoinette significó un duro golpe para los Applewhite siempre tan conservadores, pero le perdonaron sólo porque Antoinette tenía familiares sangre pura, a pesar de tener una madre muggle.
Robert Applewhite {Hermano mayor} Veinte años, el chico está siendo entrenado para ser auror. Es el orgullo de sus padres. Se lleva de maravilla con todos sus hermanos, pero tiene la presión de ser el ejemplo a seguir por ser el mayor.
Louis Applewhite {Hermano mayor} Diecinueve años, trabaja junto a su padre en el profeta y sueña con su propio negocio. Fue premio anual en sus años de Hogwarts y también prefecto. No se lleva del todo bien con ninguno de sus hermanos.
Emma Applewhite {Hermana menor} Con tan sólo quince años, es el dolor de cabeza de Niall. Contrario a Niall, Emma logró entrar a Ravenclaw.
Peter Applewhite {Hermano menor} diez años, próximo a entrar a Hogwarts, es un niño con un gran intelecto, muy maduro, pero algo torpe.
Jonah Applewhite {Hermano menor} cuatro años, es el bebé de la casa. Un chico curioso y encantador. Adora a Niall y Niall a él.
Nacionalidad: Nació en Londres, Inglaterra, en el jardín de la abuela, bajo un árbol de manzanas. Así que es inglés, aunque tiene ascendencia irlandesa por parte de su madre. Actualmente vive en una zona semi-mágica de Londres junto a sus padres ya que ambos desean que sus hijos aprendan a adaptarse tanto al mundo muggle, como al mágico.

Vida:
Niall nació bajo el árbol de manzanas de casa de Lluvia Drew, su abuela materna, muggle, y madre de una brujita bastante madura y apegada a las reglas, Antoniette ¿Por qué? Bueno, digamos que el chico se adelantó y llegó sin avisar durante una concurrida reunión familiar. –Mi pateador está algo inquieto hoy…uff- fue lo único que pudo decir Antoniette antes de sentir como se le rompía la fuente. La llegada del chico era demasiado temprana, aún no era tiempo, pero ya nada se podía hacer más que recibir al bebé. Lluvia llamó una ambulancia, Rudolf desesperado acostó a su mujer sobre el pasto bajo el manzano, y la familia Drew se movía buscando toallas y agua caliente. Los paramédicos llegaron, pero era tarde para trasladarla al hospital, y entre la música irlandesa y el jaleo de llevar a sus dos hermanos mayores Louis y Robert dentro de la casa, nació un chiquillo de rosadas y rellenas mejillas y una pelusilla en la cabeza rojiza… rubia… castaña… ¿Azul? ¿Roja? ¿Morada? Rudolf vio con asombro que su tercer hijo había heredado los dotes de su madre, cosa que los dos mayores no tenían.

En cuando el chico calmó el llanto de la primera nalgada que le dieron apenas llegar al mundo, su abuela lo tomó en brazos maravillada de lo sano y fuerte que era a pesar de ser tan pequeño. Su pequeño pateador, su bailarín {El bebé se movía en el vientre de su madre cada que alguna tonada se escuchaba}, su bebé precioso… lamentablemente el gusto no le duró demasiado. La madre fue trasladada al hospital y para proteger el secreto de la magia tuvieron que desmemorizar a los paramédicos con respecto al nacimiento del niño y su inusual cambio de color en el cabello; lo mismo ocurrió con miembros de la familia Drew, que no tenían ni idea de lo que su pariente Antoniette en realidad hacía. El incidente pasó a ser sólo una graciosa anécdota, aunque con detalles que se olvidaban o variaban en la cabeza de cada uno de los Drew.

Sus primeros años los vivió torpemente, siendo atormentado y molestado por Louis y Robert. Era común que por su pequeño tamaño, bastante bajito para su edad, le hicieran victima de pesadas bromas y chistes de mal gusto con respecto a su condición de metamorfomago. No obstante, sus días eran dulces al lado de su abuela Lluvia, quien enseñaba al chico a tocar la guitarra y le contaba sus locas aventuras de joven, como se escapó de Irlanda, y lo mucho que amó a su abuelo. Le instruyó en la música y a los cuatro años el chico ya se sabía varias canciones de los Beatles y Jonhny Cash.

Pero retrocedamos dos años antes, justo cuando Emma llegó al mundo. El chico no se esperaba que su privilegiado puesto de ser el más pequeño de la familia se viera de pronto usurpado por una mocosa en pañales. La chica y él se llevaron mal desde el primer momento en el que llevaron a la pequeña Emma a casa. La bebé lloró al momento de ver a Niall y Niall en respuesta también, desconsolado porque ese pedazo de carne le quitaba a su mami.

A los cinco años tuvo su primer estallido de magia, durante las vacaciones de verano que eran las fechas donde él se la pasaba pegado a su abuela día y noche. El chico salió al jardín a ver a su abuela que tocaba la guitarra muy a gusto bajo el mismo manzano donde él había nacido. En su juventud, su abuela había sido hippie, y Niall la adoraba porque ella era un alma libre, como él. Pero como iba diciendo, el chico salió al jardín de su abuela, y esta tocaba la guitarra. Niall quería intentarlo, pero sentía que era demasiado torpe, sin embargo, la mujer tomó las manos de Niall y le pasó la guitarra para que le mostrara lo que había aprendido. En cuanto el chico comenzó a tocar, pues tenía talento natural, las manzanas del árbol frutal comenzaron a crecer, es un chico prodigio con la música. Cuando el chico terminó de tocar, el árbol estaba inclinado con una enorme manzana a punto de caer encima de ellos. Lo único que pudo decir su abuela fue: Esta noche cenaremos pie de manzana.

En su casa se armó un alboroto. Su madre estaba feliz de que su hijo hubiese tenido su primer estallido de magia, ignorando por completo la razón de este. Niall sabía que tenía que ver con la música, pero no entendía porqué. Su abuela le regaló la guitarra ya que veía un talento natural en él para esta. Desde ese día la música se volvió su religión.

Su madre detestó el nuevo pasatiempo de su pequeño Niall, mientras tanto, su padre intentaba hacerle ver al chico lo interesante que podía ser convertirse en reportero del profeta. De verdad soñaba con que alguno de sus hijos lograra lo que él jamás llegó a ser: Editor del periódico. No se le antojaba que su pequeño viviera lo que él tuvo que hacer para convertirse en columnista, pues deseaba que el niño tuviese la vida más cómoda posible. Pero el chiquillo sólo se quejaba y argumentaba que en todo caso, prefería escribir en la columna de espectáculos para hablar sobre música. Aquello sacaba de quicio a sus padres.
Cuando Emma tenía cinco, y Niall siete, nació el pequeño Peter. Niall observó con satisfacción que se trataba de un varón, aunque eso significó que él seguiría siendo el de en medio. Debía llamar la tención de sus padres ¡Y rápido! Junto a sus hermanos se volvió un chico revoltoso, travieso, empeñado en hacer renegar a sus padres y demostrar que él no era como sus hermanos mayores. No se conformaría con lo que el mundo mágico le ofrecía. Él quería vivir de la música.

A los once, recibió la famosa carta de Hogwarts, lo cual se volvió fiesta en su casa. La visita al callejón diagon fue mucho más estresante de lo que jamás hubiese pensado el pequeño Niall. Más a la hora de elegir una mascota para llevar al colegio.

-No mamá, no quiero ninguna…- decía el chico aburrido de las lechuzas, gatos, sapos y ratas… -llevaré a Estafa- su madre le había mirado de forma inescrutable -¿Estafa? Un animal así no es propio de un mago- Niall le había mirado con furia –No mamá, quiero llevar a Estafa, él es mi mejor amigo- dijo el chiquillo saliendo de la tienda con la cabeza en alto. Antoniette no tuvo más remedio que aceptar la decisión de su hijo.

Él momento de elegir la varita fue lo que más emocionó a Niall, quien siempre soñó con tener una de nervio de dragón. No obstante, no se sintió mal cuando le tocó la de pluma de fénix, porque era el animal favorito de su abuela muggle. Él día más largo de su vida sin dudarlo.

Su primer año lo vivió de manera muy normal, fue elegido para la casa de Gryffindor, cosa que sorprendió ya que toda su familia, incluso sus hermanos mayores, habían estado en Ravenclaw, su madre y padre se habían conocido ahí. Niall no sabía que decirle a su madre por carta… para esas alturas ya debía haberse enterado de cual era su casa, y su padre… oh dios, ¿qué le diría a su padre? Moría de miedo. Podía ver en cambio la decepción dibujada en el rostro de sus hermanos mayores, que tenían la esperanza de tenerlo en su casa.

La respuesta de su madre fue corta y sencilla: Es una decepción… creí que eras más listo Niall.

Aquello le dolió en el alma a Niall, que había esperado un: Querido, todo está bien. Nosotros te queremos igual y estamos muy orgullosos.

No, lo que recibió fue un duro golpe en el corazón. Desde ese día mantiene una pésima relación con su madre. Su padre en cambio, le dijo que conocía muchos Gryffindor bastante importantes y listos que tenían buenos puestos en el profeta, y que seguramente eso le daba puntos. Niall se sintió asqueado por aquello y prefirió no continuar con el tema de su casa en presencia de sus padres. Al menos no fuera de su habitación, pues desde ese día la convirtió en un santuario color rojo y dorado, con el escudo de Gryffindor y muchas otras curiosidades. Le encantaba su casa y estaba orgulloso de ella. Aunque no era el más brillante de su clase, mostró talento en transformaciones y encantamientos. Aunque le fue pésimo en pociones e historia de la magia. Detestaba estar en aquel calabozo haciendo brebajes…y ni que decir con lo difícil que le era mantenerse despierto durante historia de la magia.

Para ese año el regreso del señor oscuro era un tema frecuente de conversación, y cuando el director en aquel entonces murió, significó el golpe más duro para el chico, que lo admiraba a pesar de todo. Niall no se imaginaba lo que le esperaba en su segundo año de escuela. Cuando llegó se dio cuenta que las cosas habían cambiado, y no para bien. Fue su año más difícil, ya que por su naturaleza rebelde, sufría de constantes acosos y castigos, y eso que sus padres, ambos, eran magos. Él no creía que las cosas cambiaran realmente, aunque en su fuero interno tenía la esperanza de que Harry Potter, el niño elegido, saliera a defenderlos.
El día de la batalla llegó y Niall fue evacuado junto a los demás, a pesar de querer quedarse a observar la batalla. No fue posible. El chico fue jalado por uno de sus hermanos mayores hacia el cuadro que los conduciría a Hogsmade y las siguientes horas fueron una espera tortuosa para el chico. Sus padres mandaron a buscarlos, pero ellos no querían salir del pueblecito hasta asegurarse que todo estaba bien. Muchos fallecieron, conocidos de los chicos, y no fue fácil volver a casa sabiendo que el próximo año no verían las mismas caras.

El tercer año de Niall fue diferente. El chico hizo pruebas para volverse cazador en el equipo de Gryffindor, y ese mismo año su madre anunció que estaba embarazada de su sexto hijo, el pequeño Jonah. Niall se consoló con la idea de un hermanito o hermanita y se dedicó a la música para liberar las tensiones.
Los exámenes para él se volvieron un dolor de cabeza. Para no tener que reprobar se mataba estudiando días antes, pero estaba claro que su futuro no estaba en lo académico. Por lo que con el tiempo se resignó a nunca pasar con las altas calificaciones que su madre siempre esperó. Eso sí, cuidado de criaturas mágicas era su fuerte. Pociones, seguía siendo su talón de Aquiles.

A los catorce comenzó a fumar, era más para olvidar las peleas que tenía con sus padres, y a los quince hizo su primera presentación en un pub muggle. Su abuela siempre lo alentaba a buscar más retos, nuevos ritmos, lugares donde tocar durante las vacaciones y así ganar su propio dinero.
A los 16 le preguntaron que planeaba hacer con su futuro, él solo contestó: Música. No lo tomaron en serio, pero al parecer el chico parecía ir en serio con aquel pasatiempo. No volvieron a preguntarle de nuevo que planeaba hacer con su futuro porque él respondería una y mil veces lo mismo. Sueña con terminar de estudiar, quizás abandonar Hogwarts un poco antes de lo planeado, e irse al Londres muggle a rentar un apartamento, hacer su música… pero no tiene nada decidido.

Actualmente cursa su último año, es tiempo que le diga adiós al colegio y siga su propio camino descalzo…

T.I.M.O.S:
Astronomía: Aceptable (A)
Cuidado de Criaturas Mágicas: Extraordinario (E)
Encantamientos: Supera las expectativas (S)
Defensa Contra Las Artes Oscuras: Supera las expectativas (S)
Aritmancia: Insactifactorio (I)
Herbología: Supera las expectativas (S)
Historia de la Magia: Desastroso (D)
Pociones: Aceptable (A)
Transformaciones: Supera las expectativas (S)

Extras: Es adicto a los cigarrillos y al café, vegano de corazón. Aunque es zurdo, toca la guitarra con la derecha. Tiene una excelente caligrafía ya que su padre lo obligaba a hacer planas a mano para mejorar su ortografía y gramática. Es metamorfomago.

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