Perdido - Libre

Sus abuelos solo le habían pasado el traslador diciéndole que su hermano lo estaría esperando en cuanto llegara.
Vestido con su túnica negra, varita guardada, oro en el bolsillo y a SUN en los brazos, porque aunque no le permitirían tener al dragón en el colegio, en su nuevo hogar estaría cómodo y feliz.

En su mente aun suponía que iría camino a su nuevo hogar y sus abuelos no hicieron nada para sacarlo de su error.
Salió afuera de la mansión y caminó hasta estar lejos de las barrera de protección de la casa, contó hasta tres y enseguida apareció en la entrada de un pueblo pequeño y en donde todos los que pasaban por la calle tenía una clara apariencia de ser magos o brujas.

-Donde esta Mathi, Sun?... Lo ves por algún lado?- Su dragón lo quedo mirando extrañado y luego de hacer un sonido característico, una bola de humo salio por su boca dejándolo con una molestia en la garganta parecida a la tos.
Siempre hacía eso así que a Luke no le extraño para nada, a penas dio un par de pasos, esperando ver a su hermano aparecer en cualquier momento, y su dragón bajo al suelo pero manteniéndose a su lado, al parecer, atento como él a encontrar al hermano desaparecido.

-¿Donde estará?- Volvió a preguntar en voz alta, quedando justo frente a la puerta de un local llamado... -Tres escobas... ¿Qué será? ¿Una taberna? ¿Podremos entrar, Sun?

Aun seguía preguntándose en donde estaba su hermano y por qué no aparecía para irlo a buscar.
Ya ni si quiera sabía en donde estaba de pie. Lo que sabía era que su hermano se encontraba en Londres, preparando la casa nueva, que lo llevaría al colegio para su selección y que por ello sus abuelos lo habían mandado hacia ese lugar, pero no tenía idea en donde queda o si estaba en algún lugar mágico dentro de la capital inglesa.

Todas esas dudas se esfumaron en un segundo al ver que una chica exigía que se corriera de donde estaba.
Sus atuendos eran parecidos a los de un Muggle, así que tal vez sí estaba en Londres.

-Oh, claro... disculpa. Sun, ven aquí.- Su dragón voló a sus brazos y el chico se hizo a un lado para dejarla pasar.
Aunque enseguida tuvo que soltar la duda que tenía en la cabeza.

-Disculpa, donde estamos? Esto es Londres?- Pregunto con una clara inocencia en sus ojos y completo desconocimiento del lugar.

En respuesta a las miradas de la chica, el dragón expulsó vapor escarlata por sus orificios nazales, algo que al chico le pareció de lo más cómico.

-Tranquilo Sun, que ella nos puede ayudar- Le habló a su mascota y este volvió a amenazar con su vapor.- Lo siento, está de mal humor porque le prometí que al lllegar a la casa nueva le daría de comer...- Y para él estaba claro que no estaba ni cerca de su casa.

-Dime, y Hogsmeade esta cerca de Londres? se supone que iba a encontrarme con mi hermano allá, vengo llegando de Salem y nunca había estado antes en Inglaterra.- Estaba claro que no tenía idea de en donde estaba parado y menos a cuanta distancia real estaba de donde se supone que debía estar.

No entendía porque había gente que le seguía temiendo a Sun, con lo adorable que era a sus ojos. Pero agradeció el gesto de la chica en cuanto le ofrecio algo de comer, eso dejaba a ver que era una buena persona y que a pesar de tener una apariencia tan ruda se preocupaba de los demás.

-Oh, gracias- Respondio con una sonrisa hermosa en su rostro.- Pero no come más que carne, su favorita es la de oveja...- Y dudaba que la chica llevara de eso con ella así que simplemente acarició a su dragón en la cabeza para que se calmara y este pareció entender que no debía asustarla.

-Oh, tan lejos esta?- Pregunto mirando hacia donde la chica había dicho que estaba el tren -Bueno, si es la forma para llegar alla, pero debería avisarle a mi hermano, ¿No habrá una lechuzería por aqui? Para mandarle un mensaje de que llegare en tren a Londres.

De verdad que estaba agradecido de la buena voluntad de la chica, tanto que mantuvo su sonrisa amplia intacta mientras comenzaba a seguirla.

Y entonces le tocó explicarse.
-No, no vengo de vacaciones. A mi papá lo han trasladado y nos hemos venido a vivir a Inglaterra, solo que yo estaba en casa de mis abuelos esperando a que la casa nueva estuviera lista. Por eso mi hermano iba a venir a buscarme.- Era todo lo resumido que podía explicar su historia. Dar detalles de a donde vivirían y quien era su padre tampoco importaba en ese momento, ni tampoco el trabajo que su hermano había conseguido para estar allá con ellos.

-Pero al parecer mis abuelos se equivocaron al enviarme aquí... Mi hermano estaría esperando en algún lugar de Londres y me debía llevar luego al colegio en donde estudiaré a hacerme la selección... creo que de casa, así le dicen.

Oh, así que el colegio se encontraba para ese sector. Fijó su vista en la lejanía y entonces vio aquel sorprendente castillo ubicado majestuosamente en una cima.
Al parecer ahora comprendía lo sucedido, sus abuelos lo habían enviado directamente al colegio, no a donde estaría esperando su hermano.

-… Con razón.- Soltó un suspiro cansado y siguió caminado con la chica justo cuando empezaba a comprender lo ocurrido, ella lo bombardeaba con preguntas y finalmente se presentaba.

-Oh, mi nombre es Luke, si mal no recuerdo estaría por asistir a lo que en Inglaterra se conoce como sexto año. La verdad es que he leído algo del colegio, aunque eso de las casa me confunde… ¿Cuál es la mejor o cómo hacen para elegirte?- No sabía nada, y se le notaba en el rostro.
Su hermano le había regalado un libro con la historia de Hogwarts pero no era muy bueno para leer y solo vio que habían cuatro separaciones llamadas casas.

Escuchó atento como le iba explicando lo de las casas. Nunca había escuchado sobre ellos, la forma de seleccionarlos en su antiguo colegio no contaba la personalidad de cada alumno, sino que llegaba a ser casi arbitrario y existían muchos que terminaban siendo cambiados a otro curso.

No se identificó para nada con los Ravenclaw, pues era todo menos estudioso, eso iba con su hermano más que con él. Como Hufflepuff tampoco, pues no era nada tranquilo. Los Slytherin le parecieron más parecidos a como el mismo veía a su padre, astuto y dispuesto a todo para conseguir su objetivo.

Y si no califico en ninguna?

Su ansiedad comenzó a crecer en un momento, hasta que la chica hizo su comentario final y él sonrió tan inocente como si fuese un mocoso de cinco años.

-Mi hermano me decía lo mismo. Que seguro iba a hacerme de varios amigos aquí.- Extrañaba a sus antiguos compañeros y le hubiese gustado haber sido trasladado también con todo su curso, pero entendía que ese nuevo inicio podía ser muy bueno.

Le pareció un poco extremo que chicas murieran por ayudarle a él. Tal vez su hermano terminaría acusándolo de homicidio y eso lo puso nervioso.

-No quiero eso...-Murmuró visiblemente incomodo.
No, no había forma en que entendiera de esas cosas tan extremas que traían consigo las chicas.

Al llegar, sintió un gran alivio al saber que por fin podría darle señales de vida a su hermano.
Su pequeña mascota se quejó le dejó en el piso para que caminara tranquilo.

-Oh, no te preocupes, traigo oro.- Respondió tranquilo cuando mencionó lo del dinero. Su abuela nunca lo dejaba salir sin algo de dinero en los bolsillos. -De hecho, si me esperas, puedo invitarte algo de comer. Después de todo no creo que vaya a tener respuesta de mi hermano muy pronto.- Y sería divertido conocer un poco más a la chica que con todo se veía muy amable y agradable.

Al menos no tendría que esperar solo, eso era un alivio, pues no le gustaba mucho la soledad, menos en un lugar que no conocía.
Respondió a su sonrisa con otra y entonces soltó una breve carcajada por su pregunta.

-Descuida, no te morderá. Tampoco bota fuego.- Le aclaró mientras se agachaba hasta quedar lo más cerca de la altura de su mascota.
-Quiero que te quedes aquí esperándome y no le hagas nada a ella, entendido?- El pequeño dragón pareció entender pues soltó un gruñido agudo y se echo junto a la entrada, mientras él entraba a la oficina postal.

No tardó nada en mandar el mensaje, solo necesitaba informarle a su hermano donde estaba y seguro que iría a buscarle. Anotó el nombre y la dirección que sabía era la de la nueva casa y la lechuza partió en un vuelo rápido.

Al salir lo hizo con una sonrisa, el dragón se puso otra vez de pie para seguirlo y miró para todos lados esperando ver algún anuncio que le indicara a donde debían ir por algo de comer.

-Listo, ¿Donde comemos?- Preguntó esperando que Alleth pudiese guiarlo nuevamente.