Aleksei Karamasov/Cuidado de Criaturas Mágicas

Nombre: Aleksei Karamasov

Colegio: Durmstrang

Edad: 35

Puesto: Profesor de Cuidado de Criaturas Mágicas

Varita: Madera de avellano con centro de fibra de corazón de dragón, 33 centímetros, ligeramente rígida. Aunque temperamental (por no decir inesperada) en los hechizos de transformaciones es sumamente efectiva con los encantamientos no verbales.

Mascota: Cocoa, un hurón blanco de la cabeza y café del cuello hasta la cola; un animalito sumamente avispado e independiente que, no obstante, nunca se separa de su dueño cuando hay otros seres en la cercanía, ya sean mágicos o no. Por supuesto, su vigila sucede el tiempo en que se mantiene despierto, ya que los hurones duermen alrededor de dieciocho horas.

Psicología: Aleksei es una persona que gusta de la compañía de otros entes, sean humanos, cuasihumanos o bestias. Tiene una mentalidad sumamente abierta y empática hacia los casos de discriminación por impurezas de sangre; pese a que algunas de sus amistades son activistas a favor de la igualdad él se mantiene al margen, debido a su carácter reservado y prudente. De temperamento sereno suele percibírsele como alguien noble; sin embargo, manifiesta un leve nerviosismo ante visitas inesperadas, la segunda guerra dejando esa impronta en su comportamiento, lo cual ocasionaría una prematura vejez en su rostro. Antes de trabar cualquier amistad Karamasov internamente observa a los demás como un objeto de estudio único, analizando los pros y contras, inconscientemente haciendo una lista mental de cuan peligroso es cada individuo, una habilidad que si bien lo aísla socialmente le ha salvado el pellejo en sus viajes de exploración. Sus estados de humor no son ambivalentes, encontrándose en un punto medio en el que se siente “cómodo”, es decir, cuando se halla decaído realiza actividades que le suban el ánimo y viceversa, cuando está de buen humor siente que es el momento oportuno para tareas fastidiosas.

Fisico: Debido a su participación en la guerra su rostro envejeció prematuramente, creando algunas entradas en su cabellera, dándole un aspecto de casi una década más a su edad original. Posee un gesto tosco, su físico siendo musculoso y firme, más por herencia genética que por ejercitarse realmente; cuando esta en los terrenos en una clase práctica siempre se le verá utilizando ropas marrones y botas. Para los días en que se pasea por el mundo muggle porta una sencilla combinación de pantalón y camisa negra, vestimenta que a su parecer nunca parece pasar de moda y llama poco la atención entre los seres no mágicos. Cuando visita la comunidad mágica o se adentra en el comedor y pasillos de Hogwarts su indumentaria es más llamativa, utilizando túnicas verdes y azules, en algunas ocasiones solemnes viste capas con bordados de paisajes sombríos, la mayoría de su fría patria.

Gustos: Es un apasionado en la cultura de las criaturas casi humanas; por supuesto, de las criaturas con el suficiente raciocinio para mantener una conversación y no quieran comerle al minuto siguiente. Estudioso de la lengua de las sirenas así como de los protocolos de los centauros, considera que el conflicto se encuentra en el malentendido de la diferencia. Como se mantiene enfocado a sus estudios encuentra reconfortante hablar de otros temas, en cierta manera prefiere la versión resumida en boca de los otros.

Desagrados: Debido a su crianza en el norte de Europa le irritan el verano y los climas cálidos; de igual manera le desagrada el pensamiento de no poder terminar sus investigaciones antes de la muerte, sin embargo, para Aleksei es realmente frustrante su nula competencia en el área de transformaciones.

Familia: Durante generaciones la familia Karamasov había enseñado a su prole las leyes que regían a los magos y brujas, más por seguir el protocolo que creer realmente en la tradición. Esto se vio reflejado cuando el padre de Aleksei contrajo matrimonio con una bruja austriaca de descendencia muggle; sus abuelos poco revuelo hicieron, siendo prácticos en su juicio, ser sangre sucia o sangre pura poco importaba si su nuera era un ser mágico. En general, el negocio familiar se reducía al comercio de ingredientes mágicos, tal vez el apellido no gozaba de una fama de abolengo pero no podían negar que el ingreso económico era considerable debido al alto nivel de sus productos, la mayoría de criaturas mágicas peligrosas. Resultó una decepción que el último Kamarasov estuviera más interesado en estudiar a los seres mágicos que utilizarlos como instrumentos de mercado.

Nacionalidad: Rusa-Austriaca, criado en una colonia de magos al este de la Rusia mágica

Vida: Educado en un pueblo enteramente mágico no era de extrañar que ciertos prejuicios se instalaran en su juventud; aunque la vida era dura debido a lo inhóspito de las frías tierras siempre le repetían que su formación estaría completa después de terminar sus estudios en el colegio Durmstrang… se sentía cómodo con una vida planificada, inclusive aliviado de ver como su abuelo se recuperaba poco a poco después de la gran guerra mágica. Era tabú en su casa mencionar al Lord Oscuro o a sus seguidores, tal vez el poblado donde residían había estado deacuerdo con sus ideales, pero no había sido nada agradable que secuestraran a su padre y abuelo para que abastecieran de ingredientes al ejército; a pesar de que su abuelo se recuperaba con relativa rapidez jamás volvió a ver a su padre sonreír. Cuando entró en la adolescencia su única comunicación con el exterior fueron las excursiones que su abuelo y padre se turnaban para enseñarle el oficio, mostrándole los senderos, desarrollando sus habilidades, técnicas que al paso de los años se volvieron un acto reflejo, casi instinto.

Debido a que su familia contaba con una cartera de clientes de índole internacional pronto advirtió que un peligro se avecinaba, los extranjeros no dejaban de venir al igual que no cesaba el ruido de apariciones a la medianoche, sus sospechas se vieron confirmadas al encontrar rastros de venados drenados y pelo de transformación lupina: las criaturas mágicas se movilizaban de manera antinatural. Para cuando estalló la segunda gran guerra mágica su abuelo había fallecido y su padre se encontraba delicado de salud debido a que acababa de sobrevivir a lo peor de la “viruela de dragón”, no había que ser un genio para saber que pronto reclutarían a los magos y brujas útiles para el abastecimiento de ingredientes mágicos. La despedida con sus padres fue corta, parca, un abrazo y un beso en cada mejilla: lo último que supo es que su casa había ardido en llamas, probablemente su madre había elegido ese tipo de muerte elegante, mil veces preferible ante la posibilidad de servir de alimento a alguna criatura oscura.

Como las barreras anti-aparición constituían un campo minado en toda Europa del Norte, y no sabiendo si dichas barreras pertenecían a enemigos o aliados, Aleksei se aventuró en una larga peregrinación, donde pudo apreciar la organización de las tribus de gigantes y dragones, un hecho inusual si tomamos en cuenta que había grupos de hasta cuarenta miembros en un terreno donde antaño no podían convivir cinco de ellos, al parecer un peligro mayor había cortado sus diferencias y los había unido. Situaciones similares se repetían con todas las comunidades de criaturas mágicas, incluso llegó a ver pequeñas unidades de vampiros y licántropos, seres solitarios que se negaban a tomar un bando y recurrían a la unión con sus semejantes (en cuestión política) para poder sobrevivir a los grupos barbáricos que se dedicaban a destruir todo aquel ser que se encontraba en contra o se mantenía neutral.

Por un tiempo se refugió en Francia y España, pero tuvo mala suerte en toparse con unos exclientes (como no, tenían que ser mortífagos) que al reconocerle le atraparon para utilizar sus habilidades. Los días en las manos de esas bestias permanecerían como un recuerdo lejano para su propia sanidad mental, inclusive cuando un grupo de aurores asesinó a sus secuestradores poco pudo hacer para brindar información, reflexionando que su abuelo había sido un hombre excepcional para salir ileso emocionalmente del mismo incidente. Como la guerra dejaba un gran número de candidatos para Azkaban y analizando que su caso había sido el brindar servicios a los mortífagos en contra de su voluntad, se dictaminó que su “castigo” sería cumplir el mismo trabajo que hasta el momento realizaba, sólo que ahora bajo el estandarte del Ministerio de Gran Bretaña.

Después de que Potter derrocara al Señor Oscuro se dedicó a hacer pequeños trabajos, lo suficientemente bien remunerados para llevar una agradable vida nómada. En una de sus andanzas se encontró con un simpático semigigante, un poco corto de luces y muy ingenuo, pero la fascinación que ambos compartían por las criaturas mágicas logró una plática que duraría horas; en medio de la cháchara se había enterado que Hogwarts estaba armando un nuevo cuerpo docente, pareciéndole una buena idea asentarse por un tiempo, el famoso Bosque Prohibido demasiado tentador para dejarlo pasar. Pese a que sus inicios como educador fueron oscuros (los adolescentes y la jerga juvenil eran un suplicio, la verdad sea dicha) no pudo evitar el sentimiento de satisfacción que sus pupilos lograban cuando aprendían y ponían en práctica sus enseñanzas; el deber pronto se transformo en una forma de vida nada despreciable, para cuando se dio cuenta iba a iniciar su cuarto año como profesor.

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Bienvenido a un nuevo año lectivo, Prof. Karamasov. Veo que le ha agradado lo suficiente nuestra tierra como para retrasar un año más el regreso a su tierra natal. Las vacaciones están en pleno apogeo, así que todavía tiene tiempo para compartir con las criaturas que adora tanto. Pero recuerde, sus alumnos regresan a irrumpir su paz el 2 de Septiembre. ¿Está listo para los nuevos retos?

Atentamente,
El Barón Sanguinario