Jared Jenkins

Nombre: Jared Jenkins ( J.J “Jota-jota”)

Casa: Gryffindor

Edad: 15 años

Curso: 5º curso.

Estado social: Golpeador del equipo de quiddich.

Varita: 32 cm de Madera de Acebo con núcleo de pelo de unicornio.

Mascota:
Lechuza de correos: “Quillo”. Rana de experimentos: “Aguacate”.

Psicología: Es un tipo observador, precavido y taciturno. Lo que lo lleva a aparentar ser un tipo algo serio sin gota de sentido del humor, pero no te dejes engañar. Suele mostrarse dominante y de mala gana todo el tiempo, cuando habla no puede evitar usar un lenguaje soez y grosero; y aunque se considera precavido, casi siempre lo domina el ímpetu de su carácter fogoso. Si existe una palabra que lo describa, es visceral. Si eres su amigo se partirá la cara por ti mil y una veces, si no lo eres, trata de no buscarle las cosquillas, o si no, te partirá la cara una y mil veces, si hace falta. Es puro sentimiento a fuego y piedra, para lo bueno y lo malo, y ello lo hace leal y de confianza. Un tipo al que poder contarle un secreto sin miedo a que salga de sus labios una palabra, además de ser un buen oyente, ya que a él hablar según de qué cosas, no se le da bien. No por ello es tímido, no confundir. Es un completo desvergonzado pero las perspectivas cambian según las situaciones y los momentos, a veces es algo complicado y no lo deja ver porque lo que más pudor le da, es hablar o dar a mostrar su sentimientos más profundos. Por ello se ha logrado una buena coraza a su corta edad, mas no creas porque parezca todo un matón de barrio, que no tiene corazoncito bajo la camisa. Ya se sabe que dentro todo gran “malote” hay un ser blandito.

Físico:
Ha de aclararse ante todo, que para ser de 5º Jared aparenta ser mayor debido a su prematuro desarrollo físico. Siempre fue un “canijo”, bajito y ligero como una pluma, esto cambió entre 2º y 3º curso que empezó a ser de los más altos de su clase, ya en 4 pegó uno estirón considerable que junto a la aparición de bello facial, voz grave y rasgada, y tonificación de unos músculos desarrollados, lo dejan ver como un muchacho de los últimos cursos. Ahora alcanza el 1’76 m…y creciendo. Al lado de sus compañeros de clase se siente todo un gigantón (lo cual le beneficia a la hora de intimidar)

Pelo corto, color castaño oscuro, con el flequillo levantado la mayoría de veces. Su piel es morena durante todo el año, más en verano que se pone muy moreno. Sus ojos son de un castaño intenso, pequeños y rasgados que le hacen una mirada profunda y madura bajo dos cejas bastante pobladas. Tiene el mentón pronunciado y una tensa mandíbula, los labios de un tibio color tostado, sin ser voluptuosos o peculiarmente grandes, pero bajo su boca del montón, concibe una hermosa sonrisa que delata su verdadera edad con ternura y picardía. Tiene perforada la oreja izquierda, pero no lleva pendiente.

Casi siempre lleva el uniforme mal arreglado y podría decir que ya es por molestar, no porque le sea más rápido llevarlo así. Cuando usa ropa informal viste al más puro estilo muggle urbano con alguna tendencia “hip-hopera” o de lo más cotidiano, con camisillas recortadas, jeans vaqueros, o pantalones de sport, largos o cortos, sudaderas con capucha, zapatillas de deporte, nunca calzado formal.

Se considera un chico del montón físicamente hablando.


Gustos:
Le gusta ir en contra, alineado siempre con lo que piensa y siente (aunque a veces se contradiga), pero en contra de las normas, del “sistema” de educación implantado por mentes ajenas a la suya. Le gusta una buena bronca, y si puede quitar a un amigo de una pelea, lo hará porque le encanta sacudirse con los otros por él. Se puede decir que esta medio enganchado a ese subidón de adrenalina.
Meterse en líos, aunque no de forma directa, ya que prefiere ser el guardián por si las cosas se tuercen…y si se tuercen ya está él allí para dar la cara o los puños. Pero a parte de las “golferías” y chiquilladas propias de la edad, le gustan mucho sus momentos de soledad y sosiego, de meditación y reflexión, como si mirase dentro de su coraza y pudiera comprobar que todo sigue intacto allí dentro, a salvo de todo. Y después de esos momentos íntimos e intensos le gusta volver a la realidad y tener una “mala” idea de cuando en cuando para las risas con su grupito de amigotes.

Después están los gustos básicos: la música rap (aunque oye de todo un poco), el grafiti, el baile (break dance) aunque lo practique poco ya, también le gusta el rock, sobre todo los grupos clásicos, las motos y la mecánica. Le gustan los perros, aunque nunca ha tenido uno y los loros le hacen mucha gracia. Es súper goloso, casi siempre tiene caramelos o chupetes en los bolsillos y se pirra por el chocolate. Prefiere el calor al frío, aunque le fascina la nieve; y fumar algún que otro cigarrillo cuando la situación lo supera y necesita algo más que nicotina. Prefiere las chicas dulces a las “bitches”…pero parece que no tiene suerte en eso pues lo atraen problemáticas.

Desagrados: Sus padres, es lo primero en su lista de desagrados, porque lo que no puede comprender no puede ser justificado, y su abandono fue a toda costa una injusticia.

Aunque parezca raro, no le gusta la injusticia, ni los abusos, los listillos o los que van de poderosos con su ultra vanidad por bandera pisando a gente buena. (¡A esa gente goma dura!)

No le gusta estar fuera cuando aprieta el frío, ni quedarse sin dulces o que alguien hable mal de sus amigos, mucho menos que lo traten de tonto o le intenten tomar el pelo. Detesta las asignaturas pesadas y tener muchos deberes. Le toca…la moral los profesores que se aprovechan en demasía de su cargo, así como los prefectos y demás” representantes del orden”, tanto fuera como dentro de Hogwarts. Los entrometidos y la gente que intenta sonsacarle secretos, así como los que son excesivamente emotivos o lloricas, como prefiere llamarlos, los que hacen de su vida un drama público o los débiles de conciencia que siempre hacen las cosas y luego se están arrepintiendo y pidiendo consejo de qué hacer o no. Pero aunque no les guste, muchas veces los entiende.


Familia: La familia Jenkins(familia paterna), proviene de NewCastle dónde aun perdura a pesar de no ser muy extensa, contando con su padre: Patrick; abuela paterna: Dorys; un tío: Charles; y una tía : Mary C. Si tiene primos, desconoce.

Su familia por parte materna proviene del sur de España, concretamente de Córdoba, pero al nacer en Inglaterra perdió la posibilidad de llevar el segundo apellido: García. Allí solo le queda su abuela: Dolores (lola), tíabuela: Bernarda y los hijos/as y primos/as de ella dónde destacaría a su primo segundo: Julio. La familia es extensa y muy unida. Su abuela ha enfermado de gravedad en el último año, aunque Jared desconoce qué tiene.

Nacionalidad: Tiene la doble nacionalidad Inglesa/Española. Nació en NewCastle (Inglaterra) pero a los 5 años, al ir a vivir a España le concedieron la española por su madre.

Vida: Nacido un 21 de Julio, marcado por el signo de cáncer aunque también influenciado por el león del zodiaco, Jared vio la luz por vez primera en NewCastle en los brazos de sus padres: Patrick y Gabriela. Un joven matrimonio que se casó enamorado y con prisas. Él, un mago de una familia bien de la zona, con largas líneas antecesoras de sangre mágica, aunque no comulgaban (no todos) con los prejuicios de sangre, ni con la idea de mezclarse con muggles. Es gente bastante indiferente ante esos problemas, de por sí porque entre ellos son poco apegados. Su madre mestiza, no conoció a su padre mago y su madre se tuvo que hacer cargo de una niña ella sola en la dura España de aquella época. Gracias a que su familia, si era y es muy apegada, superó tales dificultades para que a su hija no le faltase de nada y pudiera tener la oportunidad de estudiar y salir a conocer mundo.

Tal fue así que en un viaje al Reino Unido, cuando aun estudiaba Pociones en la universidad de magia, conoció a Patrick y como en muchas historias corrientes el encuentro y la pasión se hicieron uno. Los sentimientos fluyeron rápido y al año siguiente ella se trasladaba a terminar de estudiar allí mientras que Patrick trabajaba en el ministerio de magia como abogado. Todo parecía ir sobre ruedas, cuando terminó la carrera ya ambos llevaban dos años conviviendo, el matrimonio no se hizo esperar. Gabriela tenía la ilusión de ser una famosa creadora de perfumes tanto en el mundo mágico como en el muggle. Pero tras el matrimonio el embarazo tampoco se hizo esperar mucho y su sueño se vio aplazado.

A los pocos años, el niño, la vida de ama de casa, las horas extras de su marido, la desaceleración de las pasiones primeras, la rutina, sus sueños aplazados, los rencores que crecen al apartarlos y un montón de pequeñas cositas que se van enquistando en las mentes de las parejas se fueron aglomerando en la joven familia. A eso, sumado la situación peligrosa del país al escuchar los primeros rumores del regreso de “quien no debe ser nombrado”, la pareja se vio sumida en la desesperación. Todos hablaban de los malos tiempos y que estos malos tiempos volverían, empezaría a desaparecer gente, a echar en falta libertades, la tiranía se cerniría sobre sus cabezas hasta asfixiarlos. La pérdida sería solo el único sentimiento que ocuparía sus corazones y la mejor suerte que podía correr con su mujer mestiza era el exilio. Instalados en España, tras llegar de la vida cómoda de Inglaterra, se tuvieron que instalar los dos con un niño de ya 5 años en una casa ya ocupada por una gran familia. El espacio era insuficiente y aunque el amor y el arropo de la Abuela Lola era máximo, el matrimonio sufría altibajos cada vez más drásticos. El pequeño Jared pasaba más tiempo con su abuela que con sus padres y un buen día su padre se fue. Era demasiado pequeño para recibir grandes explicaciones, pero el despecho y la desolación de Gabriela la llevó a decirle que era porque no los quería. Eso fue un shock bastante duro para a penas un niño que no podía concebir ni entender los problemas de los mayores. Tampoco es que su padre llamara o se preocupara más allá de la asignación mensual que le pasaba y eso le entristecía. Su madre se distanció, se sumió en sus propias miserias y desdichas, volviéndose una egoísta que solo podía ver y aspirar a su sueño de perfumista.

La abuela Lola y su hermana Bernarda son un dúo muy cómico de ancianas que a pesar de la dura vida que les ha tocado vivir siempre tienen el ánimo alto, el hombro recio y una buena palabra en la boca. Se hacen querer y nadie tiene nada malo que decir de ellas, pero son muy mayores para estar criando niños. Jared es el ojito derecho de su abuela y por su parte nunca le faltó el amor y las buenas palabras de consuelo cuando otros niños se metían con él por su acento extraño o su aspecto de canijo y flacucho. Ya de pequeño siempre andaba metido en peleas y jaleos con los niños de su colegio, los de su barrio o los de fuera de éste haciendo que los que antes se tiraban piedras ahora se unieran con los nuevos “enemigos”. Se puede decir que fue un niño feliz, aunque su madre fuera un fantasma y su padre un interrogante desde hacía muchos años. Al cumplir los 10 llegó la carta de Hogwarts y aunque a él conocía la magia, se le hacía extraño acudir a una escuela de esas pues él se veía creciendo allí en Córdoba, jugando a futbol, a videojuegos, haciendo golferías como los grandes, saliendo con las chicas con las que había ido al colegio… él no lo concebía, y pensó que su madre ni se le pasaría por la cabeza mandarlo. Pero contra todo pronóstico a Gabriela se le abrieron los cielos viendo esta oportunidad para devolvérsela a su ex marido y de poder dejar atrás los lastres para poder abrir su primera tienda.

A Jared lo mandaron a Inglaterra, una tierra que le era suya pero que no reconocía, una tierra que acababa de salir del horror por el cual su familia emigró a España. Voldemort, el famoso "quien no debía ser nombrado" había caído bajo la varita de Harry Potter, "el niño que sobrevivió"; tal parecía que las historias que le habían contado de pequeño eran ciertas y eso se notaba en las actitudes de la gente y las vidas de los que mas tarde conoció . Su padre, ese enigma se puso ante él y sintió por vez primera la auténtica frialdad. Aunque no entendiera mucho sus motivos, aun sentía la necesidad de estrechar su mano, quizás un abrazo…pero no pasó nada. Su abuela Dory tampoco es que se deshiciera en carantoñas. Fue una llegada bastante distante y aunque en ese momento su mente infante desconociera ese término, años después supo que se sentía como una transacción. Su familia paterna se haría cargo de la educación en Hogwarts y no le faltaría de nada, pero en sus caras no veía ni el afecto, ni tan siquiera el esfuerzo que toda su instalación llevaba.

Jared no encajaba, añoraba, se dolía y todo lo guardaba. Su abuela llamaba muy a menudo, pero sus escasos recursos tampoco le permitían estar en contacto tanto como ambos deseaban. Pero aun así nunca le contaba lo fríos que eran con él y como le estaban reprendiendo a cada dos segundos por su comportamiento (Según ellos) poco educado, también las correcciones de sus expresiones españolas o el acento. El muchacho ya solo quería ir a la escuela de magia para salir de aquella casa de idiotas y no volver a verlos más.

Los años de Hogwarts han sido un bálsamo entre frío y caliente. La magia es muy interesante y le enamoró en cuanto pudo tocar por vez primera una varita, pero echaba mucho de menos el calor de su hogar, los cuentos y canciones de su abuela y su tía abuela. Hubo peleas, muchas palizas, hubo momentos en los que trató de escapar causando más vergüenza para la familia Jenkins, fue difícil pero lo peor fue la primera navidad en Inglaterra en casa de su abuela Dory. Solo fue comprable a un velorio en comparación a las navidades que había vivido. Al finalizar el curso volvió a España y su madre ya no se encontraba allí. Había volado a París, definitivamente abandonándolo. Recuerda que esa fue la última vez que lloró delante de su abuela.

Los dos años consecutivos se repitieron así, pero a más crecía y cambiaba, Jared se hacía más rebelde e independentista y si no podía pasar la navidad en España la pasaba en el Castillo haciendo y deshaciendo lo que le daba la gana teniendo cuidado de que nadie lo viera siendo un poco más feliz que con los Jenkins.

Menos mal que en los veranitos siempre vuelve al hogar, allí ha estado aprendiendo con su tío Julio algo de mecánica, y empezó a salir con los chavales de la zona a hacer alguna gamberrada, también delito. Como todo lo que empieza por poco, luego llama a más y de un cigarro pasó a fumar hachís, de ir a tontear con niñas, terminó perdiendo la virginidad con la más guarra del barrio, de aprender mecánica…le llevó a robar su primer coche. Su abuela piensa que es muy joven y que son cosas de críos que pasaran pues confía en su buen corazón…ahora eso no quita que le persiga con la sartén y lo muela cuando le vienen con esas historias. Por ello se ha vuelto más discreto y a su abuela no le da ningún disgusto mientras disfruta de la vida como quiere, siendo quien quiere ser y nada más.

Ahora empieza 5º ¡¿Quién lo diriía?! Tiene ganas de ver a su grupito de colegas, de zurrarle a algún listillo que se meta con los enanos de su casa o los buenos chicos de Hogwarts, de hacer alguna trastada, de hacer rabiar a los prefectos, de ver el despacho de la directora en la hora de castigos mientras se aguanta las risas por dentro…¡las chicas, oh si!...y los T.I.M.O.S…..¡ahg!

T.I.M.O.S: Aun no.

Extras:

Contraseña: Boggart.

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Diviértete.


La Administración.

Permita me darle una tardía bienvenida a su nuevo año escolar jovencito Jenkins, ha pasado milagrosamente a quinto grado y eso significa que debe dejarse de tonterias y estudiar para los TIMOS si quiere tener algún futuro como mago en la sociedad mágica.

Este año, si se queda en navidad, estaré muy atenta a cualquier travesura, ambos sabemos quien es el responsable.

Helena Ravenclaw