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El mundo de Harry Potter le pertenece a J.K Rowlling, nosotr@s somos simplemente unas fans de la saga reproduciendo su mundo. El foro no es con fines de lucro.
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Daliah Mary Lee
2 participantes
Página 1 de 1.
Daliah Mary Lee
Nombre: Daliah Mary Lee
Casa: Gryffindor
Edad: 17 años recién cumplidos.
Curso: Séptimo curso.
Estado social: Miembro del club literario.
Varita: Madera de Ojaranzo, la cual no ha conservado su color original, tiñéndola de una tonalidad magenta, en la empuñadura lleva incrustados pequeñas piedras semi preciosas, las cuales rodean la base. Esto porque ella misma ha decidido realizarle estas modificaciones ya que quiere que su varita sea solamente de ella, sin importar qué. Su centro es de escama de dragón, específicamente un Horntail Húngaro. 30.5 centímetros de largo. Rígida.
Mascota: En casa tienen una tarántula {Grammostola rosea} la cual llama simplemente, Rosy. La mascota que lleva a Hogwarts es un pequeño ratón color blanco el cual llama Mickey, haciendo alusión al famoso ratón de caricaturas.
Psicología: Siempre atraída por las cosas extravagantes, extrañas y exóticas, encontrarás en Daliah a una persona encantadora y brillante, que despide vitalidad y fuerza. Siempre se muestra activa e interesada por el mundo entero, ese que la rodea. Ama el ocultismo, el teatro y el arte, y también tiende a malgastar el dinero que no siempre tiene en sus gustos y placeres. Su debilidad más grande es probablemente ese egocentrismo que la hace a veces insoportable para quien no esté dispuesto a escucharla, su superficialidad, y esa necesidad que tiene de ser siempre el centro de atención. La verdad es que es muy egoísta y poco altruista, pues a veces le cuesta pensar en las necesidades del otro; es cuando en el fondo, la conciencia y la nobleza de su corazón le hace sentir esa culpa que no siempre le gusta escuchar, y termina por quizás doblarse un poco y ayudar a los demás. No tiene mucha paciencia, se desespera con facilidad cuando está bajo presión y las cosas no resultan como desea. Puede llegar a ser un poquito intolerante y resultar desagradable frente al dolor ajeno, cosa que le ha costado varios amigos a lo largo de su vida; lo ha intentado cambiar, de verdad, pero a veces le resulta imposible controlarse.
Afortunadamente, o desafortunadamente quizás, tiene un descaro increíble que la mantiene indiferente frente a los demás, y la ayuda a seguir firme hasta lograr sus objetivos. Le gusta imponer su opinión y mostrar a todas luces su originalidad. Le encanta la competencia, y siempre busca llevarle la contraria a los demás por mera y simple diversión. Es quizás algo conflictiva en ese aspecto.
Normalmente le gusta hacer las cosas por sí misma, rechazando toda clase de ayuda que se le pueda brindar, además está consiente que su franqueza y su brusquedad al decir las cosas pueden ser desagradables para los demás. No sólo eso, ella tiene una visión en su cabeza que sabe nadie podrá entender, por lo que aplica el dicho de: Si no ayudas, mejor no estorbes.
Pasional, cuando se enamora puede llegar al grado de obsesionarse con esa persona. Una relación con Daliah significa sangre, lágrimas, risas y dolor, pues es tan intensa que sus emociones pueden manifestarse de una manera simplemente explosiva.
A ella la adoras, o la odias, así de simple. Con Daliah no puede haber términos medios.
Físico: Con 1.78 de estatura, es de las chicas más altas de su clase, lo cual durante un tiempo la mantuvo algo acomplejada, ahora ya no le toma la más mínima importancia. Su complexión es muy delgada, tanto que se ha llegado a pensar que tiene problemas alimenticios. Sus piernas son obviamente largas, sus caderas estrechas y lamentablemente no tiene una cintura lo suficientemente marcada, sus pechos además son escasos, y las costillas se le marcan bajo estos, así como los huesos de las caderas. Su rostro tampoco llamaría mucho la atención, es muy común, sólo es bonita a secas. O al menos así se ve ella.
Sus ojos son grandes, algo hundidos en sus cuencas y de un color azul algo pantanoso, no muy llamativo. Sus pestañas son largas, aunque algo delgadas y no muy espesas. Su nariz es pequeña y fina, cuando no está en clases usa un aretito pequeño y discreto que no duda en presumir cuando está en Hogsmade. Sus labios son delgados, y siempre tienen un color pálido que debe cubrir con brillo labial. Enmarcado a ese rostro algo alargado, está su cabello color castaño oscuro, lacio, el cual lleva en un corte de flequillo y puntas rectas. Su piel quizás sea lo único realmente bonito en ella, pues esta es tersa y suave.
En el pie derecho tiene un tatuaje en caligrafía que dice: You’re too sweet for rock & roll.
Cuando está en Hogwarts suele usar el uniforme con normalidad, sólo variando este con sus accesorios como sus lentes de armazón grueso, de montura grande, o los Buddy Holly , y las pulseras de colores que usar en las muñecas o a medio brazo. Cuando no usa el uniforme, se viste con ropa un poco grande para ella, con frases irónicas y dibujos graciosos, casi siempre optando por colores oscuros o accesorios que reflejen su humor del día.
Gustos: Ama el teatro, la música, la literatura, la poesía, en fin, el arte. Le encanta las cosas místicas y esotéricas, los misterios, y leer sobre las absurdas creencias muggles, como los zombies y los extraterrestres. Le encanta lo vintage y el cine mudo, así como lo underground y experimental. Es adicta al café, y tampoco puede sobrevivir sin mucho tiempo sin sus cigarrillos. Tiene una adicción con las historietas y siempre apreciará el humor inteligente.
Desagrados: Odia que no le presten atención, tampoco soporta a la gente mojigata o llorona, mucho menos a las personas muy “rosas” o dulces. Odia hablar del verano de hace casi un año y también el nombre de Julie.
Familia:
Francis “Franky” Lee: Padre; muggle, es abogado y durante mucho tiempo trabajó en una famosa firma francocanadiense. De él, Daliah sacó ese lado pasional que la hace una persona terca al defender lo que opina. Hace casi un año que no habla con él.
Nadiah Mary Lessmore: Madre; bruja. Británica de nacimiento. Al graduarse se mudó a Canadá donde ejercería como medimago, actualmente se encuentra separada de Francis y vive en Londres con su hija Daliah.
Nacionalidad: Canadiense, ya que ahí nació. Aunque desde los ocho vive con su madre en Londres.
Vida:
Daliah nació un 26 de julio en Montreal, Canadá. Su madre, Nadiah, era una medimago y su padre, Franky, un muggle cuya profesión era ser abogado. Nadiah era inglesa, educada en Hogwarts y león de corazón, pero apenas terminó sus estudios decidió mudarse a Canadá para continuar una relación que comenzó a larga distancia con Franky, a quien había conocido durante el verano en Londres. De aquel amor llegó Daliah, una niña temperamental y terca. A consecuencia, Nadiah aceptó casarse con Franky, aunque lo cierto es que no estaban ni cerca de estar preparados para afrontar los retos que representaban tener un bebé.
A los dos años la niña tuvo su primera explosión mágica, cuando hacía mucho frío en la cabaña junto al lago donde solían pasar las vacaciones, la pequeña Daliah jugó, literalmente, con fuego. Una nube de aquel peligroso elemento se alzó y casi los envolvió cuando la niña inconsciente deseaba más calor.
En ese preciso instante Nadiah tuvo que ser más que clara con su esposo, y contarle la verdad sobre lo que eran ella, y su hija. Franky al principio se lo tomó mal, reclamándole el hecho de haberle escondido tal información por cerca de dos años ¡Todo una maldita mentira! Ya no confiaba en ella, y desde ese momento, la relación comenzó a fracturarse.
Aún así, siguieron juntos, educando a su hija lo mejor que podían. Franky no culpaba a Daliah de nada, después de todo, ella no había pedido nacer, pero sí que estaba molesto con Nadiah. Se sentía traicionado. La relación entre los padres de Daliah se había enfriado.
Desde muy pequeña, la niña mostró aquellos rasgos fuertes en su personalidad, rasgos que más tarde se acentuarían en la adolescencia. Dichas características, le dieron entre sus compañeros cierto estatus que le levantó varias veces el ego, y a pesar de ser de las más altas de su clase, era también de las más respetadas. No sería hasta los once que sentiría la diferencia de estaturas entre sus compañeros, lo que la acomplejaría los siguientes dos años.
Cuando Daliah tenía ocho años, se mudó a Londres. Su abuela estaba muy enferma, y su madre debía ir a cuidarla puesto que no tenía a nadie más. Franky y Nadiah acordaron que ella y Daliah se adelantarían, y que Franky se quedaría arreglando algunos asuntos por unos meses más para luego irse a Londres con ambas. El cambio de ciudad, país y continente fue un choque demasiado abrupto para Daliah, que ya estaba acostumbrada a ser la manda más de su salón. El idioma no fue mucho problema, su madre le hablaba en inglés y la hacía practicar, pero a solas prefería hablar en su natural francés. Su personalidad fuerte no fue de mucho agrado para sus nuevos compañeros, y pasó a ser una marginada social. No le importó, ella seguía siendo si misma y no cambiaría para agradarles.
Su padre había cumplido su promesa, pero un año más tarde, cuando ella tenía nueve. Algo en él había cambiado, se volvía más atento, llamaba a Nadiah de amor, y Daliah supuso que en la distancia, él las había extrañado.
Mentira. Su padre había sido infiel mientras Nadiah y ella estaban lejos. La culpa lo carcomía y no encontraba manera de apaciguarla, no quedándole otro remedio que tratar a su esposa e hijas como reinas para callar esa voz que le gritaba: INFIEL.
Terminó la primaria sin mayores problemas, hasta que a los once recibió la esperada carta de Hogwarts. Su padre entonces recordó lo que era su hija, y lo que le había ocultado su esposa. No les habló por cerca de un mes.
El viaje al callejón Diagon fue como siempre, espectacular. Amó aquel lugar desde el primer instante que lo pisó. Los colores, los olores, todo, absolutamente todo. Para cuando terminó el día los pies le dolían y estrenaba una flamante varita nueva de un color muy común. Aquello no le gustó, y encaprichada le pidió a su mamá que se lo cambiaran. Sin más remedio, Nadiah mandó a modificar la varita de Daliah, eligiendo la niña el Magenta como tintura. A lo largo de los años la pequeña le añadiría más modificaciones, como las piedras semi preciosas en el mango.
En el viaje en tren conoció al que sería uno de sus mejores amigos por años, Burton Morrison. El chico había tropezado con la capa de Daliah y ella con indiferencia sólo le guiñó el ojo mientras apresurada se adelantaba a ocupar un vagón vacio. La ceremonia de selección se la pasó pendiente de él, y también de un molesto niño que según sabía, se llamaba Oliver, pues ambos se habían presentado en el tren. No estaba consiente en realidad de la creciente tensión que había en el mundo mágico, todo por la amenaza de Lord Voldemort. Su primer año había sido de lo más interesante, divertido, mandándole cartas a su madre con una lechuza prestada y a su padre también, contándole de lo que aprendía para crisparle más y más los nervios.
A pesar de todo, se hizo buena amiga de Oliver y también de Burton… y por ende, de Julie. Aunque la amistad con Oliver era muy aparte de la de Burton. Oliver no le decía nada respecto a su altura, y eso estaba bien para ella, y ella disfrutaba de hablar sobre literatura con él. Mientras tanto, cuando estaba con Burton debía soportar a… bueno, a Julie. La niña le parecía demasiado ñoña y mojigata, y aunque lo evitaba, de vez en cuando sacaba algún sarcástico comentario con ella. Provocando algunos enojos y peleas con Burton.
Entonces el director falleció. La amenaza era inminente. Aún recuerda como sostuvo con fuerza la mano de Burton cuando se enteró de lo que había pasado.
Su madre no quería que volviera al colegio, su padre ni enterado estaba de lo que ocurría en el mundo mágico, y Daliah insistía en querer regresar. Ya no se trataba de aprender magia, era por Burton ¿Quién lo cuidaría si ella no estaba? Así pues, inició un nuevo curso escolar. Las cosas habían cambiado, y era ella quien debía cuidar de su mejor amigo y también, por más pesado que le resultara, de Julie. De los tres, era la única que se mantenía fuerte ante todo, nunca lloró, y al ser mestiza también sufrió fuertes castigos sólo por prácticamente respirar. Pero lo más duro no fue eso, lo más duro fue enterarse que Burton y Julie se habían puesto de novios ¿cómo no lo vio venir? Era demasiado obvio lo que sentía el pelirrojo por aquella niña. Esa fue la única ocasión en todo ese año que se le vio llorar, y la única testigo fue el fantasma que residía los baños fuera de servicio. Julie nunca le cayó bien, pero jamás tuvo motivos reales para odiarla como ahora sentía que lo hacía. Durante la batalla deseó tanto que muriera, que al final, en un arranque de coraje se separó del grupo que era evacuado. Oliver también había hecho lo mismo, y como él, terminó inconsciente, con un brazo roto y con varios cortes en la pierna derecha. Había sido atacada, no, casi tlaqueada por un estúpido mortifago, para luego ser rescatada por un alumno de séptimo el cual más tarde se enteraría se llamaba Macbeth, y que había muerto en la batalla.
¡Castigada por un mes! lo que por su madre habría sido de por vida de no ser porque debía darle muchas explicaciones a Franky. Al menos podía regresar a Hogwarts el próximo año.
Un año triste ya que muchos amigos y conocidos habían muerto, y encima debía de soportar la culpa de ver a los hermanos Carroll sin el mayor de ellos. También tenía encima lo del noviazgo entre Burton y Julie… FUE UN AÑO TERRIBLE. O al menos así lo sintió hasta que Oliver, con quien ahora tenía una mejor relación, abrió el club literario. A ella le pareció una estupidez, aún así uniéndose a él, fue de las primeras tres integrantes. Ese club le ayudó a sacar lo que tenía dentro con infinidad de poemas y cuentos cortos, donde poco a poco comenzó a desarrollar ese lado oscuro y estrafalario de su personalidad, entendiéndose de maravilla con el otro chico.
Comenzó a distanciarse de Burton y Julie cuando comprendió que no tenía más lugar dentro de su vida. Hasta que supo que el padre de su amigo había fallecido. Normalmente Daliah no era buena para esas cosas. Era alguien que no sentía mucha empatía hacia el sufrimiento ajeno, pero por única ocasión, abrazó a su amigo como lo haría una verdadera amiga… una amiga no tan fría. Volvió a juntarse con ambos, pero a veces no soportaba tanto derramamiento de miel entre ambos.
La vida continuó con normalidad. Daliah soportaba más a Julie, aunque seguía disfrutando de hacerle una que otra broma pesada.
Hasta que pasó lo del accidente. Lo único que tenía claro es que había muerto en un automóvil… un golpe en la cabeza y pum, la chica estaba muerta. Era gracioso como un día deseabas ver muerta a alguien y cuando tu deseo se cumple… bueno, no crees que te sentirías tan mal como pensabas. Lo que más le destrozaba a Daliah era ver a su amigo mal, ojeroso, lloroso… nunca lo había visto así. Burton había cambiado, se alejaba poco a poco de ellos, y aunque le escribió todos los días, sus cartas jamás eran respondidas. Molesta, dejó de hablar con él. Culpando a Julie de todo aquello, odiándola más que nunca, maldiciéndola y pidiendo al cielo que Burton la olvidara… pero no pasó.
Su mejor amigo se había ido, dejando un cadáver como único regalo.
Es en ese año, cuando deja de hablarle a su mejor amigo, que sus padres decidieron divorciarse. La muy estúpida había estado tan centrada en ella misma que nunca vio venir la ruptura. Dolida, se refugia en su peor enemigo. Tyler…
Tyler era un rebelde sin causa. Le gustaba el sexo, el alcohol, y las mujeres, y en Daliah vio la oportunidad perfecta para aprovecharse de ella. La chica se sumió en una relación viciosa, basada en el mero deseo físico y donde los golpes no se hacían esperar por parte de ambos y donde la chica se perdió por un momento así misma. Oliver muchas veces le dijo que debía dejarlo, que era un patán, pero ella seguía sumida en ese agujero negro. En el placer que le provocaba el concepto que tenía el amor en su relación. No fue hasta que el chico, durante este verano, le quebró la muñeca que la muy idiota lo dejó. Aún así ella piensa que lo sigue amando, pero sabe en el fondo que lo usa como excusa para no pensar demasiado en Burton.
T.I.M.O.S:
Adivinación: E
Cuidado de Criaturas Magicas: E
Defensa contra las artes oscuras: S
Historia de la Magia: A
Pociones: E
Transformaciones: S
Encantamientos: S
Herbología: A
Extras:
-Su idioma es el francés, aunque ahora ya no tiene problemas con el inglés, puesto que su madre siempre le habló en ambos idiomas.
-El día del entierro de Julie ella llegó vestida de blanco, puesto que alguna vez le dijo en broma que ella iría vestida así a su funeral. No pensó que se haría realidad.
-Tuvo alguna que otra relación con Oliver, pero sus sentimientos más profundos están con Burton.
-Actualmente se lleva con una chica extranjera llamada Reno, y otra llamada Cyrus.
-Odia al grupo de Eleanor, Poppy, y Emma. Metiendole a Eleanor la cabeza de una muñeca rubia en la bolsa alguna vez durante el almuerzo.
-Su abuela a pesar de todo, sigue más viva que nunca y le da mucha lata a Daliah cada vez que se ven.
Contraseña: *******
*Permiso de Oliver, de Romeo para mencionar a Macbeth, Burton, Eleanor, Poppy, Reno y Emma para mencionarlos en la ficha*
Casa: Gryffindor
Edad: 17 años recién cumplidos.
Curso: Séptimo curso.
Estado social: Miembro del club literario.
Varita: Madera de Ojaranzo, la cual no ha conservado su color original, tiñéndola de una tonalidad magenta, en la empuñadura lleva incrustados pequeñas piedras semi preciosas, las cuales rodean la base. Esto porque ella misma ha decidido realizarle estas modificaciones ya que quiere que su varita sea solamente de ella, sin importar qué. Su centro es de escama de dragón, específicamente un Horntail Húngaro. 30.5 centímetros de largo. Rígida.
Mascota: En casa tienen una tarántula {Grammostola rosea} la cual llama simplemente, Rosy. La mascota que lleva a Hogwarts es un pequeño ratón color blanco el cual llama Mickey, haciendo alusión al famoso ratón de caricaturas.
Psicología: Siempre atraída por las cosas extravagantes, extrañas y exóticas, encontrarás en Daliah a una persona encantadora y brillante, que despide vitalidad y fuerza. Siempre se muestra activa e interesada por el mundo entero, ese que la rodea. Ama el ocultismo, el teatro y el arte, y también tiende a malgastar el dinero que no siempre tiene en sus gustos y placeres. Su debilidad más grande es probablemente ese egocentrismo que la hace a veces insoportable para quien no esté dispuesto a escucharla, su superficialidad, y esa necesidad que tiene de ser siempre el centro de atención. La verdad es que es muy egoísta y poco altruista, pues a veces le cuesta pensar en las necesidades del otro; es cuando en el fondo, la conciencia y la nobleza de su corazón le hace sentir esa culpa que no siempre le gusta escuchar, y termina por quizás doblarse un poco y ayudar a los demás. No tiene mucha paciencia, se desespera con facilidad cuando está bajo presión y las cosas no resultan como desea. Puede llegar a ser un poquito intolerante y resultar desagradable frente al dolor ajeno, cosa que le ha costado varios amigos a lo largo de su vida; lo ha intentado cambiar, de verdad, pero a veces le resulta imposible controlarse.
Afortunadamente, o desafortunadamente quizás, tiene un descaro increíble que la mantiene indiferente frente a los demás, y la ayuda a seguir firme hasta lograr sus objetivos. Le gusta imponer su opinión y mostrar a todas luces su originalidad. Le encanta la competencia, y siempre busca llevarle la contraria a los demás por mera y simple diversión. Es quizás algo conflictiva en ese aspecto.
Normalmente le gusta hacer las cosas por sí misma, rechazando toda clase de ayuda que se le pueda brindar, además está consiente que su franqueza y su brusquedad al decir las cosas pueden ser desagradables para los demás. No sólo eso, ella tiene una visión en su cabeza que sabe nadie podrá entender, por lo que aplica el dicho de: Si no ayudas, mejor no estorbes.
Pasional, cuando se enamora puede llegar al grado de obsesionarse con esa persona. Una relación con Daliah significa sangre, lágrimas, risas y dolor, pues es tan intensa que sus emociones pueden manifestarse de una manera simplemente explosiva.
A ella la adoras, o la odias, así de simple. Con Daliah no puede haber términos medios.
Físico: Con 1.78 de estatura, es de las chicas más altas de su clase, lo cual durante un tiempo la mantuvo algo acomplejada, ahora ya no le toma la más mínima importancia. Su complexión es muy delgada, tanto que se ha llegado a pensar que tiene problemas alimenticios. Sus piernas son obviamente largas, sus caderas estrechas y lamentablemente no tiene una cintura lo suficientemente marcada, sus pechos además son escasos, y las costillas se le marcan bajo estos, así como los huesos de las caderas. Su rostro tampoco llamaría mucho la atención, es muy común, sólo es bonita a secas. O al menos así se ve ella.
Sus ojos son grandes, algo hundidos en sus cuencas y de un color azul algo pantanoso, no muy llamativo. Sus pestañas son largas, aunque algo delgadas y no muy espesas. Su nariz es pequeña y fina, cuando no está en clases usa un aretito pequeño y discreto que no duda en presumir cuando está en Hogsmade. Sus labios son delgados, y siempre tienen un color pálido que debe cubrir con brillo labial. Enmarcado a ese rostro algo alargado, está su cabello color castaño oscuro, lacio, el cual lleva en un corte de flequillo y puntas rectas. Su piel quizás sea lo único realmente bonito en ella, pues esta es tersa y suave.
En el pie derecho tiene un tatuaje en caligrafía que dice: You’re too sweet for rock & roll.
Cuando está en Hogwarts suele usar el uniforme con normalidad, sólo variando este con sus accesorios como sus lentes de armazón grueso, de montura grande, o los Buddy Holly , y las pulseras de colores que usar en las muñecas o a medio brazo. Cuando no usa el uniforme, se viste con ropa un poco grande para ella, con frases irónicas y dibujos graciosos, casi siempre optando por colores oscuros o accesorios que reflejen su humor del día.
Gustos: Ama el teatro, la música, la literatura, la poesía, en fin, el arte. Le encanta las cosas místicas y esotéricas, los misterios, y leer sobre las absurdas creencias muggles, como los zombies y los extraterrestres. Le encanta lo vintage y el cine mudo, así como lo underground y experimental. Es adicta al café, y tampoco puede sobrevivir sin mucho tiempo sin sus cigarrillos. Tiene una adicción con las historietas y siempre apreciará el humor inteligente.
Desagrados: Odia que no le presten atención, tampoco soporta a la gente mojigata o llorona, mucho menos a las personas muy “rosas” o dulces. Odia hablar del verano de hace casi un año y también el nombre de Julie.
Familia:
Francis “Franky” Lee: Padre; muggle, es abogado y durante mucho tiempo trabajó en una famosa firma francocanadiense. De él, Daliah sacó ese lado pasional que la hace una persona terca al defender lo que opina. Hace casi un año que no habla con él.
Nadiah Mary Lessmore: Madre; bruja. Británica de nacimiento. Al graduarse se mudó a Canadá donde ejercería como medimago, actualmente se encuentra separada de Francis y vive en Londres con su hija Daliah.
Nacionalidad: Canadiense, ya que ahí nació. Aunque desde los ocho vive con su madre en Londres.
Vida:
Daliah nació un 26 de julio en Montreal, Canadá. Su madre, Nadiah, era una medimago y su padre, Franky, un muggle cuya profesión era ser abogado. Nadiah era inglesa, educada en Hogwarts y león de corazón, pero apenas terminó sus estudios decidió mudarse a Canadá para continuar una relación que comenzó a larga distancia con Franky, a quien había conocido durante el verano en Londres. De aquel amor llegó Daliah, una niña temperamental y terca. A consecuencia, Nadiah aceptó casarse con Franky, aunque lo cierto es que no estaban ni cerca de estar preparados para afrontar los retos que representaban tener un bebé.
A los dos años la niña tuvo su primera explosión mágica, cuando hacía mucho frío en la cabaña junto al lago donde solían pasar las vacaciones, la pequeña Daliah jugó, literalmente, con fuego. Una nube de aquel peligroso elemento se alzó y casi los envolvió cuando la niña inconsciente deseaba más calor.
En ese preciso instante Nadiah tuvo que ser más que clara con su esposo, y contarle la verdad sobre lo que eran ella, y su hija. Franky al principio se lo tomó mal, reclamándole el hecho de haberle escondido tal información por cerca de dos años ¡Todo una maldita mentira! Ya no confiaba en ella, y desde ese momento, la relación comenzó a fracturarse.
Aún así, siguieron juntos, educando a su hija lo mejor que podían. Franky no culpaba a Daliah de nada, después de todo, ella no había pedido nacer, pero sí que estaba molesto con Nadiah. Se sentía traicionado. La relación entre los padres de Daliah se había enfriado.
Desde muy pequeña, la niña mostró aquellos rasgos fuertes en su personalidad, rasgos que más tarde se acentuarían en la adolescencia. Dichas características, le dieron entre sus compañeros cierto estatus que le levantó varias veces el ego, y a pesar de ser de las más altas de su clase, era también de las más respetadas. No sería hasta los once que sentiría la diferencia de estaturas entre sus compañeros, lo que la acomplejaría los siguientes dos años.
Cuando Daliah tenía ocho años, se mudó a Londres. Su abuela estaba muy enferma, y su madre debía ir a cuidarla puesto que no tenía a nadie más. Franky y Nadiah acordaron que ella y Daliah se adelantarían, y que Franky se quedaría arreglando algunos asuntos por unos meses más para luego irse a Londres con ambas. El cambio de ciudad, país y continente fue un choque demasiado abrupto para Daliah, que ya estaba acostumbrada a ser la manda más de su salón. El idioma no fue mucho problema, su madre le hablaba en inglés y la hacía practicar, pero a solas prefería hablar en su natural francés. Su personalidad fuerte no fue de mucho agrado para sus nuevos compañeros, y pasó a ser una marginada social. No le importó, ella seguía siendo si misma y no cambiaría para agradarles.
Su padre había cumplido su promesa, pero un año más tarde, cuando ella tenía nueve. Algo en él había cambiado, se volvía más atento, llamaba a Nadiah de amor, y Daliah supuso que en la distancia, él las había extrañado.
Mentira. Su padre había sido infiel mientras Nadiah y ella estaban lejos. La culpa lo carcomía y no encontraba manera de apaciguarla, no quedándole otro remedio que tratar a su esposa e hijas como reinas para callar esa voz que le gritaba: INFIEL.
Terminó la primaria sin mayores problemas, hasta que a los once recibió la esperada carta de Hogwarts. Su padre entonces recordó lo que era su hija, y lo que le había ocultado su esposa. No les habló por cerca de un mes.
El viaje al callejón Diagon fue como siempre, espectacular. Amó aquel lugar desde el primer instante que lo pisó. Los colores, los olores, todo, absolutamente todo. Para cuando terminó el día los pies le dolían y estrenaba una flamante varita nueva de un color muy común. Aquello no le gustó, y encaprichada le pidió a su mamá que se lo cambiaran. Sin más remedio, Nadiah mandó a modificar la varita de Daliah, eligiendo la niña el Magenta como tintura. A lo largo de los años la pequeña le añadiría más modificaciones, como las piedras semi preciosas en el mango.
En el viaje en tren conoció al que sería uno de sus mejores amigos por años, Burton Morrison. El chico había tropezado con la capa de Daliah y ella con indiferencia sólo le guiñó el ojo mientras apresurada se adelantaba a ocupar un vagón vacio. La ceremonia de selección se la pasó pendiente de él, y también de un molesto niño que según sabía, se llamaba Oliver, pues ambos se habían presentado en el tren. No estaba consiente en realidad de la creciente tensión que había en el mundo mágico, todo por la amenaza de Lord Voldemort. Su primer año había sido de lo más interesante, divertido, mandándole cartas a su madre con una lechuza prestada y a su padre también, contándole de lo que aprendía para crisparle más y más los nervios.
A pesar de todo, se hizo buena amiga de Oliver y también de Burton… y por ende, de Julie. Aunque la amistad con Oliver era muy aparte de la de Burton. Oliver no le decía nada respecto a su altura, y eso estaba bien para ella, y ella disfrutaba de hablar sobre literatura con él. Mientras tanto, cuando estaba con Burton debía soportar a… bueno, a Julie. La niña le parecía demasiado ñoña y mojigata, y aunque lo evitaba, de vez en cuando sacaba algún sarcástico comentario con ella. Provocando algunos enojos y peleas con Burton.
Entonces el director falleció. La amenaza era inminente. Aún recuerda como sostuvo con fuerza la mano de Burton cuando se enteró de lo que había pasado.
Su madre no quería que volviera al colegio, su padre ni enterado estaba de lo que ocurría en el mundo mágico, y Daliah insistía en querer regresar. Ya no se trataba de aprender magia, era por Burton ¿Quién lo cuidaría si ella no estaba? Así pues, inició un nuevo curso escolar. Las cosas habían cambiado, y era ella quien debía cuidar de su mejor amigo y también, por más pesado que le resultara, de Julie. De los tres, era la única que se mantenía fuerte ante todo, nunca lloró, y al ser mestiza también sufrió fuertes castigos sólo por prácticamente respirar. Pero lo más duro no fue eso, lo más duro fue enterarse que Burton y Julie se habían puesto de novios ¿cómo no lo vio venir? Era demasiado obvio lo que sentía el pelirrojo por aquella niña. Esa fue la única ocasión en todo ese año que se le vio llorar, y la única testigo fue el fantasma que residía los baños fuera de servicio. Julie nunca le cayó bien, pero jamás tuvo motivos reales para odiarla como ahora sentía que lo hacía. Durante la batalla deseó tanto que muriera, que al final, en un arranque de coraje se separó del grupo que era evacuado. Oliver también había hecho lo mismo, y como él, terminó inconsciente, con un brazo roto y con varios cortes en la pierna derecha. Había sido atacada, no, casi tlaqueada por un estúpido mortifago, para luego ser rescatada por un alumno de séptimo el cual más tarde se enteraría se llamaba Macbeth, y que había muerto en la batalla.
¡Castigada por un mes! lo que por su madre habría sido de por vida de no ser porque debía darle muchas explicaciones a Franky. Al menos podía regresar a Hogwarts el próximo año.
Un año triste ya que muchos amigos y conocidos habían muerto, y encima debía de soportar la culpa de ver a los hermanos Carroll sin el mayor de ellos. También tenía encima lo del noviazgo entre Burton y Julie… FUE UN AÑO TERRIBLE. O al menos así lo sintió hasta que Oliver, con quien ahora tenía una mejor relación, abrió el club literario. A ella le pareció una estupidez, aún así uniéndose a él, fue de las primeras tres integrantes. Ese club le ayudó a sacar lo que tenía dentro con infinidad de poemas y cuentos cortos, donde poco a poco comenzó a desarrollar ese lado oscuro y estrafalario de su personalidad, entendiéndose de maravilla con el otro chico.
Comenzó a distanciarse de Burton y Julie cuando comprendió que no tenía más lugar dentro de su vida. Hasta que supo que el padre de su amigo había fallecido. Normalmente Daliah no era buena para esas cosas. Era alguien que no sentía mucha empatía hacia el sufrimiento ajeno, pero por única ocasión, abrazó a su amigo como lo haría una verdadera amiga… una amiga no tan fría. Volvió a juntarse con ambos, pero a veces no soportaba tanto derramamiento de miel entre ambos.
La vida continuó con normalidad. Daliah soportaba más a Julie, aunque seguía disfrutando de hacerle una que otra broma pesada.
Hasta que pasó lo del accidente. Lo único que tenía claro es que había muerto en un automóvil… un golpe en la cabeza y pum, la chica estaba muerta. Era gracioso como un día deseabas ver muerta a alguien y cuando tu deseo se cumple… bueno, no crees que te sentirías tan mal como pensabas. Lo que más le destrozaba a Daliah era ver a su amigo mal, ojeroso, lloroso… nunca lo había visto así. Burton había cambiado, se alejaba poco a poco de ellos, y aunque le escribió todos los días, sus cartas jamás eran respondidas. Molesta, dejó de hablar con él. Culpando a Julie de todo aquello, odiándola más que nunca, maldiciéndola y pidiendo al cielo que Burton la olvidara… pero no pasó.
Su mejor amigo se había ido, dejando un cadáver como único regalo.
Es en ese año, cuando deja de hablarle a su mejor amigo, que sus padres decidieron divorciarse. La muy estúpida había estado tan centrada en ella misma que nunca vio venir la ruptura. Dolida, se refugia en su peor enemigo. Tyler…
Tyler era un rebelde sin causa. Le gustaba el sexo, el alcohol, y las mujeres, y en Daliah vio la oportunidad perfecta para aprovecharse de ella. La chica se sumió en una relación viciosa, basada en el mero deseo físico y donde los golpes no se hacían esperar por parte de ambos y donde la chica se perdió por un momento así misma. Oliver muchas veces le dijo que debía dejarlo, que era un patán, pero ella seguía sumida en ese agujero negro. En el placer que le provocaba el concepto que tenía el amor en su relación. No fue hasta que el chico, durante este verano, le quebró la muñeca que la muy idiota lo dejó. Aún así ella piensa que lo sigue amando, pero sabe en el fondo que lo usa como excusa para no pensar demasiado en Burton.
T.I.M.O.S:
Adivinación: E
Cuidado de Criaturas Magicas: E
Defensa contra las artes oscuras: S
Historia de la Magia: A
Pociones: E
Transformaciones: S
Encantamientos: S
Herbología: A
Extras:
-Su idioma es el francés, aunque ahora ya no tiene problemas con el inglés, puesto que su madre siempre le habló en ambos idiomas.
-El día del entierro de Julie ella llegó vestida de blanco, puesto que alguna vez le dijo en broma que ella iría vestida así a su funeral. No pensó que se haría realidad.
-Tuvo alguna que otra relación con Oliver, pero sus sentimientos más profundos están con Burton.
-Actualmente se lleva con una chica extranjera llamada Reno, y otra llamada Cyrus.
-Odia al grupo de Eleanor, Poppy, y Emma. Metiendole a Eleanor la cabeza de una muñeca rubia en la bolsa alguna vez durante el almuerzo.
-Su abuela a pesar de todo, sigue más viva que nunca y le da mucha lata a Daliah cada vez que se ven.
Contraseña: *******
*Permiso de Oliver, de Romeo para mencionar a Macbeth, Burton, Eleanor, Poppy, Reno y Emma para mencionarlos en la ficha*
Daliah Lee- Gryffindor
- Mensajes : 14
Fecha de inscripción : 30/04/2012
Empleo /Ocio : 7mo. Curso/Miembro del Club Literario
Re: Daliah Mary Lee
FICHA ACEPTADA
Bienvenido(a) a Lumus Maxima, recuerda revisar en que época del año estamos al igual que los anuncios cada tanto. No podrás postear hasta que veas que tienes la etiqueta que te corresponde. Cualquier duda, ya lo sabes: Mensaje privado o la sección correspondiente.
Diviértete.
La Administración.
Nuevamente con nostros, srita. Lee. Las clases ya han comenzado, recuerde que debe de ponerle mucho empeño ya que es su último entre nosotros. Le pido de favor que aclare sus pensamientos y le de importancia a lo que es importante. Puedes los leones son más de pensamiento de manadas que unitario, verdad?
Atentamente,
Barón Sanguinario
Barón Sanguinario- Moderador
- Mensajes : 95
Fecha de inscripción : 01/01/2012
Localización : Mazmorra de Slytherin y sus Alrededores
Empleo /Ocio : Fantasma de Slytherin/Moderador
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