Polvo al polvo.

por **Desdémona Carroll** Lun Abr 09, 2012 3:26 pm

Ya había alistado sus maletas para lo que sería su 5to año, así que aquella mañana solo tenía que preocuparse por el desayuno, bajo las escaleras sin hacer ruido y contemplo el comedor, tantos recuerdos venían a su mente y ni uno solo podía hacerle sonreír, miro sus pantuflas de conejitos y sintió un vuelco en el alma, deseaba poder decir que habían sido un regalo cariñoso de un miembro de su familia, la verdad era que las había comprado en una barata en el centro comercial, todos sus deseos de amor y tranquilidad eran solo polvo en los estantes mas altos.

Mamá murió con Macbeth, papá es un adorno en el hogar, Hamlet y Romeo no son mas que dos entes que van y vienen por la casa, como zombies.

Saco una hoya profunda, harina para hot cakes y todo lo necesario para preparalos, debía ser un desayuno para festejar, sería su primer año como prefecta, los cascarones de huevo resbalaron de su mano y al agacharse a recogerlos se topo con la botella de cloro, le miro, la cogió y observo detalladamente aquel envase, entonces abrió cuidadosamente la tapa y vertió un poco en la masa para hot cakes, luego otro poco, hasta que finalmente la botella quedo vacía, los preparo como si nada, sirvió la mesa y se sentó a esperar.

Sus hermanos bajaron poco antes de que su padre decidiera llevarlos a la estación de trenes, en el comedor Desdémona desayunaba tostadas francesas, no había nada mas, pero a nadie le importaba realmente si el desayuno estaba o no listo, a ni uno solo le interesaba lo que ella hacía.

Salieron de la casa con las maletas, y antes de partir la chica deposito en el cesto de la basura una bolsa de plástico y su interior parecía ser bastante blando.

En la estación su padre se despidió con promesas de una obra de teatro que renovaría la dramaturgía, pero ni Meo ni Ham prestaron atención, solo Des le dedico una sonrisa y palabras entusiastas. Ya dentro del vagón se apresuro a colocarse su uniforme, mostrando la insignia de prefecta con sumo orgullo, camino entre los pasillos sintiéndose superior a todos, con la cualidad de hacer que los demás hicieran lo que ella deseaba.

Un latido fuerte, uno tras otro, su corazón se acelera, el mundo le da vueltas, camina con prisa, las manos le suda, entra a un camarote vació, se sienta, respira profundo, no puede, es difícil, la cabeza le da vuelta y siente que todo esta por terminar, rápido toma su frasco de pastillas e ingiere una, luego otra, pronto tiene el puño lleno de pastillas y las lleva a su boca... son solo dulces pero ella no lo advierte, se tira al suelo y comienza a sollozar.

En los estantes de su casa, sobre el polvo, junto a las obras completas de Shakespeare, a un lado de Un tranvía llamado deseo de Tenesse Williams y por debajo de Beckett, Chéjov e Ibsen... se encuentra olvidada, Desdémona.