Despedidas, abrazos y besos

El último año, lo ha estado esperando, ha sido un verano de escapadas increíbles, descubrimientos sorprendentes y lecturas inolvidables. A desarrollado una insana manía de pensar cosas maquiavélicas y acariciar a Smaragd en el proceso.

Hoy le a cumplido un deseo a su madre, mas bien a su abuelo, va vestida con un pantalón palazzo negro que cae libre desde sus caderas, unos tacones de plataforma de piel vacuna de múltiples y delgadas tiras, con un blusón de organza de estampados mariposeros de corte asimétrico, que deja ver su playera interior de color azul marina y su hombro derecho.

El pelo lo trae en media coleta que al parecer agarro a las prisas, claro que poniendo un poco mas de atención la gente nota que está recogido mediante chavetas y el estilo despreocupado tardo su buena media hora en ser elaborado.

Su madre nunca va a despedirle, pero este día, este su ultimo año, no solo ha llegado a la estación con su abuelo, sino que su padre está ahí, su padre lleva el carro con su equipaje y la cesta de Smarag, Himala siente que desprende luz, siente que ni siquiera una veela podría igualarle en su felicidad y hermosura, porque está en compañía de su padre y abuelo.

La sonrisa es de comercial de pasta dental, la patica la lleva ella sola con su padre, y un paso atrás el abuelo sonríe viendo como su chiquilla sigue desviviéndose por complacer a su padre, dentro de su corazón le duele que esa niña se exija tanto por un hombre que no se da cuenta del gran esfuerzo que pone su hija, pero olvida ese dolor porque sabe que su hijo si lo sabe, solo no sabe como demostrar ese amor que por la niña siente y no puede más que sentirse culpable porque es su culpa que su hijo sea así con su nieta, pues así o mas frio fue el mismo para su unigénito.

El momento de la despedida llega, Himala abraza a su abuelo y después a su padre conteniendo las lagrimas, prometiendo que dará su máximo esfuerzo y que le hará sentirse orgulloso, su padre le palmea la cabeza y le regala una sonrisa aun mas grande que la de su hija, pues sabe ella cumplirá esa promesa.

El abrazo con el abuelo es diferente, es menos demandante y menos entregado, porque ellos se entregan amor a cada paso, no requieren grandes desfogues como con sus padres. Himala le sonríe un poco más apacible y besa la mano de su abuelo, promete escribir y sube al tren, apoyándose en el resquicio de la puerta, pareciendo esa princesa de cuento de hadas que es para su padre y abuelo.

El tren empieza su movimiento, ella camina dando pequeños pacitos con el baúl levitando enfrente de ella, con la canasta de Smaragd en sus brazos, busca un apartamento vacio y no le encuentra, todos están semi llenos, reconoce a Polanski de Hufflepuf, con señas le pide si puede dejar sus cosas en el vagón, donde observa también viajan la sopa y Polanski de Gryffindor.

Sonríe con educación, saluda, deja sus cosas asegurándose de dejar la canasta de Smaragd con un hechizo para que el gato no se despierte, seguro deja sin cara a la sopa de hacerlo y no quiere eso. Sale una vez más a los pasillos, sin importarle si la gente se le queda viendo por su ‘extraño’ atuendo para ser ella. Y le encuentra ahí en el pasillo con su placa de prefecto, Himala sonríe conocedora, ella deja de ser una Revenclaw si el muchacho no trae otra insignia para cuando acaba la noche.

Camina con los pasos cortos y seguros, con la alegría aun rebosando por cada poro, el orgullo escapando en cada exhalación, esta exuberante, aun no pierde el encanto de haber sido escoltada por su padre a tomar su último tren de inicio de curso en Hogwarts.

Gracias a los tacones no requiere mucha ayuda mas, le deja un beso en la mejilla a Johan y un –no cabe duda que será tuya- susurrado como despedida, se aleja con pasos firmes, no espera respuesta, no espera nada, solo esta consiente que ese es su año, es su momento y hará lo que le plazca, ha tenido el mejor principio que se pudiera esperar.

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El post cuenta con la autorizacion de los Polanski y Johan