Gael Craig Bottom

Nombre: Gael Craig Bottom

Casa: Ravenclaw

Edad: 17 años recién cumplidos.

Curso: Séptimo año.

Estado social: Golpeador del equipo de Quidditch.

Varita: Madera de Pino, centro de pluma de fénix, 33.5 cm’s, flexible. Su color es de un café cremoso, casi amarillento, en el mango es oscuro y al contrario que el de su hermana, se nota demasiado el uso que Gael le ha dado. Es una varita sencilla sin ningún adorno, pues como su dueño, es muy practica.

Mascota: Desde los once tiene un gato Devon Rex color blanco. Es un gato Noble, afectuoso, juguetón, sensible, tranquilo, independiente e inteligente. Y a diferencia de lo que se podría pensar, no es una raza delicada, se adapta perfectamente tanto a apartamentos como a casas con jardín. El cuerpo del Devon Rex es similar al Siamés, flaco, ligero pero musculoso y con la espalda arqueada. Las patas son largas y delgadas, y las posteriores son más altas que las anteriores. La cabeza es triangular. Es como una cuña que, desde el frente, forma tres curvas marcadas: el borde exterior de las orejas, los pómulos y las almohadillas de los bigotes. La cola es larga, delgada y con pelo rizado. El pelaje de esta raza es fino, sedoso pero rizado. Se llama Rex.

Psicología: Centrado, maduro, contrario a su hermana es un chico más realista y consiente de la dura situación que atraviesan sus padres. Callado, no es un chico que intente llamar a todas luces la atención, aunque su personalidad misteriosa y su aparente indiferencia hacen que se le vea como un tipo “cool”. No obstante no tendrá jamás problemas en responderte o entablar una conversación con cualquier persona. Es bastante amable y aparentemente modesto con el resto de la gente. Es un chico agradable, que jamás tendrá el afán de verse o sentirse superior al resto, y que toma la vida como llega; no se complica, no se extra limita, disfruta de lo que tiene y agradece por las oportunidades que se le han dado contra todo pronostico. Es también muy leal, cuando alguien se gana su confianza dará todo por esta persona pues para él la fidelidad a sus amigos es muy importante. Cuando se le conoce bien se puede ver que es un chico muy divertido, con un sentido del humor agradable y que no parece preocuparse mucho por el futuro… pero lo hace.

Siempre está al pendiente de su hermanita menor; la cuida desde lejos, aunque a veces parece sacar provecho de las mentiras que ella dice. Lo cierto es que se preocupa mucho por esta –después de todo es su hermana, aunque Candy ni siquiera lo note o crea lo contrario- y aunque no está muy de acuerdo con su actitud malcriada, intenta no meterse mucho en su vida, cosa que no siempre logra, pues ambos terminan peleando por cosas insignificantes; ¿Miente por ella? Sólo si la chica le llega al precio.

Podríamos decir que es un tipo bastante creativo e ingenioso a la hora de chantajear a su pequeña hermanita como es el deber de todo hermano mayor. Además, posee una memoria casi prodigiosa, pero su desinterés por algunos temas le hace desaprovechar dicha cualidad; tiene una mente muy despierta, y siempre está resolviendo algún acertijo, cosas que al resto de la gente aburriría pero que a él le entretiene. Lo que nadie, absolutamente nadie sabe, es que él es adicto a los números. Cuenta prácticamente todo, desde el número de personas que lo saludan al día hasta las rayas del asfalto que evita pisar al día. Cuenta y rellena los círculos de las letras de los libros… en fin, él cuenta casi todo lo que le rodea. Le aterra que alguien sepa de esto y que crean que está loco, por eso jamás habla de sus manías con nadie; mucho menos con Candy.

Físico: Piel morena, un poquito más oscura que la de su hermana, esto debido a que a veces pasa mucho tiempo en la playa; a veces se ve más claro de color gracias al color oscuro de su cabello, el cual lleva un poco largo, lacio, y un poco desaliñado. Este enmarca un rostro alargado, de rasgos quizás algo exóticos. Su nariz es lo que llama un poco atención, junto a sus ojos, ya que esta es grande y algo curva en el arco, producto de un golpe que le rompió la nariz, más no aguileña; su nariz no le afea, sino que le dota de un aire interesante y fuerte, masculino. Sus ojos también son capaces de robar atención, pues estos son grandes, de un color oscuro como el chocolate, brillantes, enmarcados por espesas pestañas negras naturalmente rizadas, y de parpados caídos. Cejas espesas, oscuras y tupidas. Labios delgados. Mejillas rellenas, suavizan y dotan de cierta infantilidad a esos rasgos toscos que heredó.

Mide 1.78 de estatura, de musculatura trabajada, pero no marcada en exceso, puede presumir de un vientre y abdominales marcados así como brazos, todo gracias a que es un chico muy activo que gusta de hacer deportes al aire libre todo el tiempo. Suele vestir de manera muy casual, combinando colores tierra y atuendos cómodos.

Gustos: Le gusta mucho molestar a su hermana y chantajearla; saca buen provecho de sus mentiras y si tiene que soportarla que mejor que obteniendo lo que quiere. Suele resolver puzzles y acertijos todo el tiempo. Ama los videojuegos y las historietas, puede pasar días enteros, muy metido en eso. Le gusta contar casi todo, se la pasaba enumerando miles de cosas la mayor parte del tiempo. Tiene gusto por la medicina, y aspira a medimago, por lo que pasa horas leyendo sobre el tema. Le encantan los deportes, y tiene facilidad para practicarlos, sobre todo en lo que se refiere al baloncesto, al soccer, y claro está, el quidditch. Sus materias favoritas son herbología y pociones.

Desagrados: Tener que sufrir los efectos de las mentiras que su hermana dice todo el tiempo, debiendo ponerse al tanto de todo lo que la chica lleva diciendo desde los once años para que absolutamente todo encaje. La actitud que su hermanita toma con sus padres y los berrinches que esta hace cuando no consigue lo que quiere. Cubrir a su hermana. Los días lluviosos y fríos, estar lejos de casa sin poder ayudar a su padre a ganar dinero.

Familia: -Holly Queen Botton-Madre, muggle. Trabaja atendiendo una lavandería en el barrio, no termino la High School pues salió embarazada de Gael antes de poder hacerlo. Cuando su padre se enteró obligó al muchacho a responder y a su hija a casarse con él. Es una mujer muy dulce, algo acabada para su corta edad pero lo daría todo por sus hijos. Se encuentra saliendo de una depresión tras un reciente aborto.
-Hank Fox Botton-Padre, muggle. Hace trabajos de plomería y jardinería a domicilio. Es de la misma edad que Holly y tampoco terminó el colegio. Ama con todo su corazón a su esposa y sus hijos y siempre ha rebajado duro para darles lo mejor. también se siente muy orgulloso de ellos a pesar de como lo trata Candy, piensa que esta pasando solo una etapa. Gael lo ayuda en vacaciones en su trabajo para aligerarle la casa, ya sea cortando el césped de los jardines, o arreglando tuberías.
Candy Gwendoline Botton –Hermana menor- Estudia en quinto año en la misma casa que Gael; es una chica mentirosa, la cual ha metido en aprietos al pobre Gael a causa de sus mentiras. La quiere, ya que es sangre de su sangre, pero a veces no soporta su altanería y prefiere hacerla pagar con la misma moneda con la que ella trata a sus padres, por eso recurre al chantaje.

Nacionalidad: Britanico, aunque su hermana menor miente al decir que son de America, y justifica el acento de él diciendo que que sus padres lo enviaron a estudiar a Londres desde antes por ser un dolor de cabeza. Proviene de Paignton, una ciudad costera cercana a la playa. Su casa es de un piso, cada uno de los ocupantes tiene un cuarto, menos sus padres que comparten su habitación pero no es muy grande, en realidad es bastante austera.

Vida: Gael fue producto de un accidente. Sus padres, Hank y Holly no se esperaban que al ser tan jóvenes, tuvieran que criar y alimentar a un bebé. Pero así fue. Sus padres, de apenas dieciséis años tuvieron que casarse para enfrentar las consecuencias de sus actos. Afortunadamente estaba la tía Doll, quien bondadosamente los alojó en una de sus tantas casas de rentas, prestándoles dinero cuando no tenían ni como sacarlo. Su padre se dedicó a trabajos de plomería y jardinería, y su madre se quedó en casa, criando al pequeño Gael. Holly resultó ser una excelente administradora del hogar, y su padre siempre luchó por darle lo que necesitaban. Dos años después, llegó al hogar Candy.

Su madre era una mujer demasiado dulce y blanca, y Gael sentía pena al ver los milagros que hacía con apenas lo mínimo para sobrevivir; desde pequeño vivió consiente de la situación precaria en la que vivían así que procuraba ayudarla lo más que podía. Solía ir con su padre a trabajar y ayudarle, aunque a su corta edad resultaba ser más un estorbo que una verdadera mano derecha para su padre. Hank consentía mucho a Candy, lo que la hacía simplemente más caprichosa de lo que debía. Pronto Holly debió entrar a trabajar a la lavandería del barrio, para poder costear los estudios de sus hijos, pero el dinero apenas llegaba a cuenta gotas y sus niños aún eran muy pequeños, así que la tía Doll comenzó a cuidarlos.

Gael no gustaba mucho ir con su tía, sentía que sólo malcriaba a Candy y no podía hacer nada ya que aún era muy joven para poder imponer cierta autoridad. Además la tía Doll les ayudaba cuando en casa no había suficientes ingresos, y los días con ella no eran tan malos. Los niños iban a colegios de paga, todo auspiciado por su tía abuela, y Gael se acostumbró a la actitud despectiva de muchos compañeros suyos. Varias veces recibió golpizas por su origen humilde, y cuando le entregaron una beca por su excelente promedio, las cosas se volvieron aún peor. Además, odiaba que molestaran a su hermana, y muchas veces salía a defenderla al terminar las clases para que la niña no viese como le molían el cuerpo a golpes. En una de esas peleas le rompieron la nariz, resultando en lo que es ahora.

Sus padres notaron la situación. Los llantos de Candy, los moretones de Gael, la actitud que el chico comenzaba a mostrar, algo osco y callado. Comenzaron a trabajar aún más para comprarles todo lo que realmente necesitaban, como uniformes nuevos, ya no remendados o de segunda mano, y también algunos que otros lujos que el chico jamás pedía. Su hermana en cambio de volvió un monstruo. Cada vez pedía más y él más de una vez le llamó la atención, sólo recibiendo insultos a cambio.

No soportaba ver como sus padres se partían el lomo sólo para satisfacer a su pequeño monstruito, y fue cuando entendió que si quería salir realmente adelante, debía estudiar mucho. Desde muy pequeño le interesó la biología, la química, las ciencias y las matemáticas. Su sueño era ser un médico reconocido, comprar una casa grande y darles su dinero a sus padres, para que no tuviesen que trabajar más…

Su primer estallido oficial de magia llegó a los diez años. Cuando los chicos de su colegio lo llevaron al techo durante una pequeña persecución con el fin de romperle los libros nuevos que su madre le había comprado. Uno de los más grandes le había tomado de las solapas del uniforme, estaban muy cerca del borde, un paso en falso y Gael se cayó desde el techo. No se hizo daño alguno, se quedó suspendido minutos a unos cuantos centímetros del asfalto, y al darse cuenta de que no había impacto, ni sangre, ni un hueso roto, se dejó caer limpiamente, como si se recostara en una mullida cama. Los niños había corrido muy asustados antes de poder ver el impresionante primer estallido de magia del chico y se quedaron aún más asustados al verlo al día siguiente ileso y sin rasguño alguno. Si bien a veces ocurrían cosas extrañas a su alrededor, nunca lo atribuyó a poderes especiales y solía pensar que eran meras coincidencias.

Al cumplir los once un hombre extraño llegó a hablar con él y sus padres. Les contaron sobre Hogwarts, y sobre más niños que como él, tenían magia. Gael que no se sentía en absoluto especial fue enviado a Hogwarts, sin la posibilidad de comunicarse con su familia ya que al mantener el secreto de su magia a su hermana, no podía enviar lechuzas. Debió ir solo con su madre a hacer las compras del colegio, y emocionado descubrió que podía tener una mascota. Su madre quería que el chico no se sintiera tan sólo, y le dejó elegir a la que más le gustaba. Ese fue Rex, un gato que su hermana Candy consideró bastante feo, pero que hizo click inmediato con Gael.

Su tía Doll, como siempre, ayudó a sobrellevar algunos gastos del colegio, y poniéndose de acuerdo con sus padres, le dijeron a su hermana que él iría a un internado para jovencitos. Gael odiaba mentirle a Candy, pero no quería que ella le tomara odio si resultaba que la chica no tenía poder alguno.

Su primer año fue interesante para él. Había devorado los libros de Hogwarts y absorbía información desde el momento en el que entró por primera vez al tren. Terminó siendo seleccionado para la casa de Ravenclaw, aunque el sombrero consideró colocarlo por un momento en Hufflepuff. Ese año lo dedicó a familiarizarse con las costumbres mágicas, a pesar de no poder enviarles cartas a sus padres. No habló con mucha gente, apenas y charló sobre quien era, limitándose con dar su nombre y de donde venía. Él estaba más interesado en saber con que tipo de gente estudiaría, que aprendería y como sobreviviría.
Las noticias llegaban escasas a la casa de los Bottom, pero se sentía una preocupación latente durante el segundo año del chico después de que se enteraran que el director anterior había muerto en circunstancias trágicas. Su madre no quería que el chico fuera, pero terminó accediendo después de que él le prometiera que mandaría una lechuza sin importar qué si algo malo pasaba. Claro que era una promesa vacía. Él jamás mandó lechuza alguna, aún cuando era cruelmente castigado y usado por los Carrow. Procuraba no llamar la atención, pero tampoco podía pasar desapercibido. Aún conserva algunas cicatrices en sus brazos y el recuerdo vivido del dolor en su memoria. Tampoco habló gran cosa con nadie ese año, no quería terminar llorando desconsolado.

Cuando Harry Potter volvió, él fue evacuado como muchos otros compañeros, a pesar de que bravamente quiso entrar a luchar para ayudar a los demás. No le fue permitido. Otro prefecto de ravenclaw le jaló en contra de sus protestas hacia cabeza de puerco por aquel pasadizo secreto.

Cuando la batalla acabó, él fue enviado a casa donde al llegar se encerró y no habló por semanas con nadie. Su madre tuvo que intervenir y hablar con él, aunque el chico no quería nada para ese momento. Se sentía triste, molesto, aún con miedo, como si estar en casa fuera un dulce sueño del cual temiese despertar para volver a sentir el dolor de aquella maldición imperdonable.

La carta de su hermana llegó y él evitó explicarle gran parte de la historia de Hogwarts. Quería dejar el pasado atrás, no recordar más ese tiempo oscuro. Y ya que ella no hacía preguntas, él tampoco las respondería.

Ese año comenzó a entablar más amistades, y su hermana por alguna razón comenzó a mentir sobre sus orígenes, cosa que molestó sobremanera a Gael. En lugar de acusarla y descubrirla, decidió simplemente asentir a todo lo que ella decía y más tarde sacar provecho de eso. Sus chantajes iban desde “lavarás mi ropa por una semana” hasta “por dos galeones tendrás mi silencio”.

Algo cambió ese año. El chico pegó el estirón y de pronto se vio inmiscuido en el quidditch. Al parecer se le daba bien aquel deporte y terminó ganándose el puesto de golpeador, el cual ha mantenido hasta ahora.

Ahora en su último año, planea pasar con excelentes nota, todo para poder estudiar la carrera de medimago. Aún sueña con comprarles una casa enorme a sus padres y mantenerlos. Desde que su hermana llegó a Hogwarts debe vivir una constante mentira y seguirle la corriente, porque la quiere, y ese amor lo disfraza molestándola.

T.I.M.O.S:
• Aritmancia: Extraordinario (E)
• Cuidado de Criaturas Mágicas: Extraordinario (E)
• Defensa Contra las Artes Oscuras: Supera las expectativas (S)
• Encantamientos: Extraordinario (E)
• Herbología: Extraordinario (E)
• Historia de la Magia: Aceptable (A)
• Pociones: Extraordinario (E)
• Runas Antiguas: Extraordinario (E)
• Transformaciones: Extraordinario (E)


Extras:
-El secreto de que su hermana salga airosa de todas sus mentiras, radica en la personalidad algo taciturna de él. La gente no sabía mucho –en realidad casi nada- sobre él antes de que su hermana llegara.
-Quiere mucho a su hermana, dice e insiste que sólo la cubre para que pueda chantajearla, pero en el fondo no desea que salga lastimada y vuelva a vivir lo mismo que pasó durante la primaria.
-está obsesionado con los números.

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