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El mundo de Harry Potter le pertenece a J.K Rowlling, nosotr@s somos simplemente unas fans de la saga reproduciendo su mundo. El foro no es con fines de lucro.
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Lumus Maxima está protegido bajó Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivs 3.0 Unported License.
Romeo 'Meo' Carroll.
2 participantes
Página 1 de 1.
Romeo 'Meo' Carroll.
Nombre: Romeo “Meo” Carroll
Casa: Ravenclaw
Edad: 16 años.
Curso: sexto curso.
Estado social: ----
Varita: Madera de sauce, fuerte y flexible, de muy poco peso, posee un color claro y se ve un poco maltratada. Su centro es de corazón de dragón, lo que la hace algo temperamental y problemática.
Mascota: Posee un gato siamés llamado Mishka. No se llevan del todo bien pero es una buena compañía en invierno.
Psicología: Si pudiésemos describir a Meo en una sola palabra, esta sería: Invisible.
Meo es del tipo que jamás llamará la atención. Podrías ver su rostro todos los días, y aún así no recordar su nombre aunque esté pintado en todas las paredes. Su timidez lo hace una persona cerrada e individualista. Parece siempre estar en un mundo aparte, donde él es el rey y nadie puede hacerle daño. Suele encerrarse en su cabeza durante horas, y apenas habla. Pero vamos, tú tampoco hablarías mucho si tartamudearas al hacerlo. Su inseguridad está prácticamente por los suelos, y cuando alguien intenta hablarle el finge demencia o sordera para no responder. Siente que si alguien llega a conocerlo a fondo, lo abandonará, y no quiero sufrir más. Siempre parece estar enfermo, ojeroso, pálido y despeinado, como si apenas y durmiera. Lo cual es prácticamente cierto, ya que el chico sufre de insomnio desde los doce. Tiende a deprimirse por casi cualquier cosa y siempre carga consigo una libreta llena de recortes y dibujos a lápiz y carbón bastante macabro. Aunque jamás llora en público, cuando está a solas suele golpear cosas y descargarse. Su caminar denota en gran medida esa falta de seguridad encima, siempre encogido y desgarbado, sus ojos nunca parecen explorar curiosos el resto del mundo, como si simplemente el chico hubiese perdido el interés por este.
Sufre periodos de ansiedad donde deja de comer y se lastima con las uñas la piel. Es anoréxico nervioso, no porque se preocupe por su apariencia en realidad, sino porque es la única forma que encuentra en un desesperado grito de ayuda para sentirse bien. De pequeño solía ser obeso, y no quiere volver a serlo. Quisquilloso, suele tener ciertas conductas que lo obligan a hacer las cosas de una forma todos los días, y sí algo en esa rutina cambia, sale de control y es cuando se encierra horas dibujando como si de eso dependiese su vida al ser la única manera que tiene de expresarse. Dichos dibujos nunca los enseña pues es el reflejo más puro de quien en realidad es. Como si expusiera su corazón.
No obstante, es una persona muy sensible, que ha su corta edad ha analizado y palpado el mundo de una manera distinta. Es leal, es fiel, mira a la humanidad no con odio, sino con una mezcla de vergüenza, pena y compasión. El podría amar de la manera más pura, y lo hace al cuidar de su familia en silencio, aunque en ocasiones, parece que su familia es la cuida de él para que no se haga más daño.
Quisiera, desearía, y espera algún día dejar de ser quien es, para lograr ser quien sabe que puede ser. Pero claro, su inseguridad podría representar el mayor obstáculo.
Físico: Comenzaremos por hablar de sus ojos, que a pesar de poseer un color café común y corriente, llaman la atención ante lo grandes que son y lo increíblemente vacios que pueden llegar a verse. Sus ojos a veces pueden llegar a verse muy oscuros, y estos siempre se ven cansados. Lamentablemente las ojeras son un rasgo característico en ellos y las pestañas espesas y rubias pierden su belleza ante tales imperfecciones. Sus cejas son un poco espesas, pero no demasiado, y a veces pasan desapercibidas por el color natural rubio oscuro. Su nariz no es ni grande, ni tampoco pequeña. Es recta y un poco puntiaguda, más no demasiado. Sus labios son delgados y rojizos, y siempre están tensos en una línea recta, acostumbrados a no pronunciar ni pío. Su piel es muy pálida, y como la de cualquier chico de su edad, tiene alguno que otro defecto. En las mejillas se le marcan unos encantadores hoyuelos, aunque muy rara vez sonríe. Enmarcando su rostro, encontramos una cabellera de abundantes rizos rubios, siempre despeinados, y los cuales a veces se ven mojados en un intento del dueño por darles un aspecto menos alborotado. Esto en conjunto es como ver la cara tierna de un querubín. Lamentablemente, sus expresiones y su mirada da la sensación de estar tratando con un loco y esto ahuyenta a la gente de manera natural.
Mide 1.80, y su contextura es mediana. Es delgado gracias a los periodos donde deja de comer y se dedica a lastimarse, pero tampoco demasiado como para pasar por un esqueleto. Mucho menos podemos decir que tenga una musculatura marcada. El chico nunca hace ejercicio y le tiene aversión al sol. En fin, es un debilucho.
En sus brazos podemos encontrar varias cicatrices, y lo mismo en las piernas y los costados.
Suele vestir con suéteres y camisetas de segunda mano y casi siempre heredados de su hermano mayor o de algún pariente. Jeans desgastados. Zapatos deportivos. En fin, su aspecto es ahora una de las cosas que tiene menor importancia para él.
Gustos: Le gusta leer a Poe, y también la poesía. Aprecia el arte y todas sus formas, y siente que es lo único por lo que vale la pena vivir ahora. Le gusta dibujar, pero no que vean sus dibujos, y también ama recitar en su cabeza pequeños versos y sonetos que su madre solía leerle cuando era niño. Adora como cocina su hermana y su sazón le tienta, aunque claro, siempre llega la culpa una vez que se atiborra de esta y debe recurrir a su "amigo" el dedo para expiar su pecado. Aunque jamás habla, le gusta escuchar a la gente y su relajo. Le relaja que acaricien sus cabellos y siempre tuvo una pequeña obsesión con los insectos. De niño recibió una batería y desde entonces la toca con frecuencia, lo mismo que su bajo, pero no es algo en lo que él ponga empeño porque no se ve como un músico, sino como el personaje de alguna triste canción. Su materia favorita es historia de la magia, pues al ser una materia teórica, no está condicionado a hablar.
Desagrados: Toda materia donde él deba hablar. Odia el sonido de su voz y ese tartamudeo que lo hace sonar como un imbécil. Sabe que si fuera un chico más seguro dejaría de hacerlo, pero no tiene el suficiente valor como para enfrentarse a sí mismo. No soporta los gritos, ni la violencia. Tampoco le gusta ver a sus hermanos pelear y mucho menos ser maltratado por Hamlet, su hermano mayor.
Familia:
Lizeth Carroll {Madre} Esquizofrénica. Antes de ser diagnosticada solía ser pintora. Está obsesionada con Shakespeare. Bruja mestiza.
Adrian Carroll {Padre} Dramaturgo fracasado. Siempre está escribiendo alguna obra nueva y él asegura que será el próximo gran escritor que Inglaterra espera. Lamentablemente es un soñador y se conforma con escribir reseñas de obras por ahora. Muggle.
Macbeth “Mac” Carroll {Hermano mayor} tenía 17 años cuando falleció en la batalla de Hogwarts. Gryffindor, era el favorito de su madre y él que mantenía unida a la familia Carroll.
Hamlet “Ham” Carroll {Hermano mayor} actualmente tiene 17 años, pertenece a la casa de Slytherin. Es un desobligando, y siempre está metiéndose en problemas. No tolera ver a su hermano menor Romeo pues lo considera un ser débil. No es como si lo odiara, porque en el fondo lo cuida, pero tampoco quiere que lo vean con él.
Desdémona “Des” Carroll {Hermana menor} tiene actualmente 15 años, pertenece a la casa de Hufflepuff, es maternal con sus dos hermanos y Romeo le tiene mucho cariño, aunque no suele hablar ni participar en sus conversaciones.
Nacionalidad: Inglés. Él y su familia viven en un pequeño suburbio en las afueras de Londres.
Vida: Romeo fue el tercer hijo del matrimonio Carroll. Su madre estaba obsesionada con Shakespeare, y sin importarle el que dirán, llamó a sus hijos como a cada uno de sus personajes favoritos. El mayor fue nombrado Macbeth, como si eso fuera el preludio de algo grande, y ese nombre lamentablemente marcó su destino. El segundo Hamlet. El tercero Romeo, y finalmente, a la única niña que tuvo, nombró Desdémona. Mac fue por mucho tiempo el favorito, y al entrar a Hogwarts ingresó a la casa de los leones. Su madre estaba tremendamente orgullosa de este, y le dedicó siempre la mayor parte de sus atenciones. Era el hijo que toda madre desearía. Siempre atento, inteligente, guapo y amable con todos.
Romeo era desplazado poco a poco por sus hermanos. Era el de en medio, el que no tenía atributos físicos y mucho menos una personalidad realmente dulce como la de Desdémona. Ni siquiera se consideraba listo. Claro que todo eso pasaba desapercibido para la madre de estos, quien se preocupaba por cada uno de sus hijos por igual. Aunque claro, siempre existía cierta preferencia hacia el mayor.
Romeo fue criado en todos los sentidos como un niño completamente normal. Jugaba, interactuaba y se relacionaba con otros niños, pero aún desde edad temprana su personalidad quedó marcada por la timidez y desde que recuerda dependía en gran medida de Hamlet, pues al ser tan sólo un año mayor que él, lo sentía casi como un gemelo. A eso se sumó Des, como la princesa del trío, y entre ellos solían pasar los días, contando lo que faltaba para que cada uno fuese a Hogwarts.
A los ocho ya dibujaba, y solía observar a su madre hablar sola. Pero nunca prestó realmente atención y atribuyó dicho comportamiento a su estrambótica personalidad. Finalmente llegó su carta de aceptación a Hogwarts, y aunque ese año Harry Potter se encontraba prófugo y el regreso del señor oscuro se volvía realidad, el niño fue enviado junto a sus hermanos mayores. Era el último año de Mac y el segundo de Ham, y ambos estaban ansiosos por ver a que casa entraría Meo. Terminó siendo una sorpresa que Meo no quedara ni en gryffindor, ni en Slytherin, sino en Ravenclaw. Nadie en su familia había entrado a dicha casa y sus hermanos se sintieron un poco decepcionados al tenerlo lejos de ellos, y más al saber que ese año las cosas estaban definitivamente mal. No obstante, el chico pasó su primer año siendo casi invisible. Él ahí sólo era el hermanito de Macbeth Carroll, un excelente alumno y chico popular gracias a su personalidad afable, y de Ham, el revoltoso, el travieso, el que siempre se metía en problemas.
Las personas pasaban de largo sin verlo, a menos claro, que estuviera pegado a alguno de sus hermanos. No obstante, esa comodidad que le daba ser en cierta medida invisible para los demás no le exentó de sufrir los castigos infringidos hacia los alumnos por mínimas razones. El chico tenía una torpeza natural, propia de alguien sin aptitudes deportivas. Siempre terminaba lastimándose o cayendo, y por esos mínimos accidentes, podía pasar por severos castigos. Hamlet comenzó a ignorarlo, y su único consuelo se volvió Mac, quien también debía intentar mantener a salvo a sus hermanos y a él mismo. Ese año Meo dejó de hablar y comenzó a tartamudear.
Su condición de gordito le hizo entonces destacar por un momento entre los demás chicos. Debía hacer algo antes de que le dejaran el mote de cerdito. La única solución que él encontró en ese momento viable fue dejar de comer. Y para dejar de comer debía lastimarse. El dolor era un placebo para esas angustiosas horas en las que el chico se encerraba en su mundo. La oscuridad teñía el cielo y la guerra era inminente. Anorexia nerviosa dirían meses más tardes…
La batalla llegó, los magos sacaron sus varitas, y él fue evacuado de Hogwarts junto a Hamlet, ambos tomados de la mano. Meo creyó que su hermano iría con ellos, pero por el contrario, Macbeth los miró y los soltó. Meo y Ham fueron jalados por la multitud de estudiantes que salían del castillo. El rubio en su corazón guardaba la esperanza de que Ham saliera ileso de la batalla y regresara a casa como un héroe…
Cuando todo terminó y el señor oscuro fue derrotado nuevamente por el niño que vivió, Ham y Meo volvieron al castillo. Buscaron entre los cadáveres, revisaron cuerpos, y ahí lo vieron. Mac ensangrentado, su rostro como si durmiera, y los parpados firmemente cerrados. Un hilo de sangre seca se había deslizado por la comisura de sus labios y sus cabellos castaños se veían sucios y empolvados. Meo se ahogó en sollozos y temblores mientras que Ham miraba con dureza el cuerpo inerte de su hermano mayor. Romeo nunca supo que pasó por la cabeza de Ham en ese momento, pero él estaba seguro de que las cosas jamás volverían a ser igual.
Decirle a su madre no fue tarea fácil, y cuando llegó el momento de decirle la verdad, la mujer se volvió loca. Meo estuvo presente cuando Lizeth perdió la razón por completo. Como jaló de sus cabellos, como se arañó la cara, como gritó, pataleó y lloró. No era una escena que un chico de once años debiera ver. Su padre llamó a los paramédicos y estos la sedaron. Un mes, dos meses… Meo no contó el tiempo en el que su madre estuvo ausente, en un estado catatónico. Mas tarde sabría que ella sufría esquizofrenia no diferenciada.
Cuando Lizeth regresó a casa, se veía aún más enferma de lo que estaba. Los huesos se le marcaban en la cara y su cuerpo parecía aún más pequeño y frágil de lo que en realidad era. Hablaba sola, miraba de vez en cuando hacia el pasillo y sonreía. La familia entera estaba reunida para darle la bienvenida, y se quedaron de piedra cuando ella en un grito de alegría gritó: Macbeth!
Esos episodios se volvieron frecuentes. Macbeth era un nombre presente y nadie se atrevía a contradecir lo que ella decía. Para ella Mac estaba vivo, la saludaba, sonreía, respiraba… y aún hoy es así.
Meo se fue apartando. Llegó el momento en el que su corazón no pudo más y pudo escuchar como este se partía a la mitad. El chico se distanció y optó por ser aún más invisible de lo que ya era. Ser uno con la pared y con el suelo, ser como el aire, ser como las partículas, los átomos y todo aquello que no se podía ver. Quería desaparecer…
El tiempo pasó y como las estaciones, los chicos crecieron. Le tocó el turno a Des de entrar a Hogwarts, y esta quedó en Hufflepuff. Ham sonreía irónico, pensando en lo gracioso que era al ver a su hermana menor en una casa diferente. Todos parecían ir en dirección opuesta. Meo quería a su hermana con él en Ravenclaw, donde ya se sentía muy solo. Esa noche no durmió, y poco a poco dichas noches en vela se harían más frecuentes con el pasar del tiempo.
Su vida en hogwarts desde entonces no ha sido la experiencia maravillosa que todos esperan tener. Su vida en hogwarts se reduce a una rutina que él debe seguir al pie de la letra. Así es como invisible e ignorado, Meo ha sobrevivido estos seis años. No piensa en la muerte, pues no quiere conocerla aún. Tampoco en el futuro, no tiene ni idea de que hará cuando se gradúe, y mucho menos en el presente, que ya es bastante gris para él.
T.I.M.O.S:
• Astronomía: Aceptable (A)
• Cuidado de Criaturas Mágicas: Supera las expectativas (S)
• Encantamientos: Aceptable (A)
• Defensa Contra Las Artes Oscuras: Supera las Expectativas (S)
• Adivinación: Aceptable (A)
• Herbología: Extraordinario (E)
• Historia de la Magia: Extraordinario €
• Pociones: Aceptable (A)
• Transformaciones: Aceptable (A)
Extras:
-Tartamudea un poco al hablar.
-Sus dos hermanos mayores son castaños, salieron a su madre, mientras que él y Des son rubios como su padre.
-Nunca muestra sus dibujos a nadie. Son demasiado oscuros.
-No tiene amigos, la gente prácticamente se sienta sobre él.
-Se muerde las uñas constantemente.
-No le gusta comer.
-Odia el silencio a pesar de que él mismo sea alguien callado.
-Le teme al agua profunda.
-Es brillante, pero su falta de habla e iniciativa lo ponen en aprietos.
Contraseña: Patronus
Casa: Ravenclaw
Edad: 16 años.
Curso: sexto curso.
Estado social: ----
Varita: Madera de sauce, fuerte y flexible, de muy poco peso, posee un color claro y se ve un poco maltratada. Su centro es de corazón de dragón, lo que la hace algo temperamental y problemática.
Mascota: Posee un gato siamés llamado Mishka. No se llevan del todo bien pero es una buena compañía en invierno.
Psicología: Si pudiésemos describir a Meo en una sola palabra, esta sería: Invisible.
Meo es del tipo que jamás llamará la atención. Podrías ver su rostro todos los días, y aún así no recordar su nombre aunque esté pintado en todas las paredes. Su timidez lo hace una persona cerrada e individualista. Parece siempre estar en un mundo aparte, donde él es el rey y nadie puede hacerle daño. Suele encerrarse en su cabeza durante horas, y apenas habla. Pero vamos, tú tampoco hablarías mucho si tartamudearas al hacerlo. Su inseguridad está prácticamente por los suelos, y cuando alguien intenta hablarle el finge demencia o sordera para no responder. Siente que si alguien llega a conocerlo a fondo, lo abandonará, y no quiero sufrir más. Siempre parece estar enfermo, ojeroso, pálido y despeinado, como si apenas y durmiera. Lo cual es prácticamente cierto, ya que el chico sufre de insomnio desde los doce. Tiende a deprimirse por casi cualquier cosa y siempre carga consigo una libreta llena de recortes y dibujos a lápiz y carbón bastante macabro. Aunque jamás llora en público, cuando está a solas suele golpear cosas y descargarse. Su caminar denota en gran medida esa falta de seguridad encima, siempre encogido y desgarbado, sus ojos nunca parecen explorar curiosos el resto del mundo, como si simplemente el chico hubiese perdido el interés por este.
Sufre periodos de ansiedad donde deja de comer y se lastima con las uñas la piel. Es anoréxico nervioso, no porque se preocupe por su apariencia en realidad, sino porque es la única forma que encuentra en un desesperado grito de ayuda para sentirse bien. De pequeño solía ser obeso, y no quiere volver a serlo. Quisquilloso, suele tener ciertas conductas que lo obligan a hacer las cosas de una forma todos los días, y sí algo en esa rutina cambia, sale de control y es cuando se encierra horas dibujando como si de eso dependiese su vida al ser la única manera que tiene de expresarse. Dichos dibujos nunca los enseña pues es el reflejo más puro de quien en realidad es. Como si expusiera su corazón.
No obstante, es una persona muy sensible, que ha su corta edad ha analizado y palpado el mundo de una manera distinta. Es leal, es fiel, mira a la humanidad no con odio, sino con una mezcla de vergüenza, pena y compasión. El podría amar de la manera más pura, y lo hace al cuidar de su familia en silencio, aunque en ocasiones, parece que su familia es la cuida de él para que no se haga más daño.
Quisiera, desearía, y espera algún día dejar de ser quien es, para lograr ser quien sabe que puede ser. Pero claro, su inseguridad podría representar el mayor obstáculo.
Físico: Comenzaremos por hablar de sus ojos, que a pesar de poseer un color café común y corriente, llaman la atención ante lo grandes que son y lo increíblemente vacios que pueden llegar a verse. Sus ojos a veces pueden llegar a verse muy oscuros, y estos siempre se ven cansados. Lamentablemente las ojeras son un rasgo característico en ellos y las pestañas espesas y rubias pierden su belleza ante tales imperfecciones. Sus cejas son un poco espesas, pero no demasiado, y a veces pasan desapercibidas por el color natural rubio oscuro. Su nariz no es ni grande, ni tampoco pequeña. Es recta y un poco puntiaguda, más no demasiado. Sus labios son delgados y rojizos, y siempre están tensos en una línea recta, acostumbrados a no pronunciar ni pío. Su piel es muy pálida, y como la de cualquier chico de su edad, tiene alguno que otro defecto. En las mejillas se le marcan unos encantadores hoyuelos, aunque muy rara vez sonríe. Enmarcando su rostro, encontramos una cabellera de abundantes rizos rubios, siempre despeinados, y los cuales a veces se ven mojados en un intento del dueño por darles un aspecto menos alborotado. Esto en conjunto es como ver la cara tierna de un querubín. Lamentablemente, sus expresiones y su mirada da la sensación de estar tratando con un loco y esto ahuyenta a la gente de manera natural.
Mide 1.80, y su contextura es mediana. Es delgado gracias a los periodos donde deja de comer y se dedica a lastimarse, pero tampoco demasiado como para pasar por un esqueleto. Mucho menos podemos decir que tenga una musculatura marcada. El chico nunca hace ejercicio y le tiene aversión al sol. En fin, es un debilucho.
En sus brazos podemos encontrar varias cicatrices, y lo mismo en las piernas y los costados.
Suele vestir con suéteres y camisetas de segunda mano y casi siempre heredados de su hermano mayor o de algún pariente. Jeans desgastados. Zapatos deportivos. En fin, su aspecto es ahora una de las cosas que tiene menor importancia para él.
Gustos: Le gusta leer a Poe, y también la poesía. Aprecia el arte y todas sus formas, y siente que es lo único por lo que vale la pena vivir ahora. Le gusta dibujar, pero no que vean sus dibujos, y también ama recitar en su cabeza pequeños versos y sonetos que su madre solía leerle cuando era niño. Adora como cocina su hermana y su sazón le tienta, aunque claro, siempre llega la culpa una vez que se atiborra de esta y debe recurrir a su "amigo" el dedo para expiar su pecado. Aunque jamás habla, le gusta escuchar a la gente y su relajo. Le relaja que acaricien sus cabellos y siempre tuvo una pequeña obsesión con los insectos. De niño recibió una batería y desde entonces la toca con frecuencia, lo mismo que su bajo, pero no es algo en lo que él ponga empeño porque no se ve como un músico, sino como el personaje de alguna triste canción. Su materia favorita es historia de la magia, pues al ser una materia teórica, no está condicionado a hablar.
Desagrados: Toda materia donde él deba hablar. Odia el sonido de su voz y ese tartamudeo que lo hace sonar como un imbécil. Sabe que si fuera un chico más seguro dejaría de hacerlo, pero no tiene el suficiente valor como para enfrentarse a sí mismo. No soporta los gritos, ni la violencia. Tampoco le gusta ver a sus hermanos pelear y mucho menos ser maltratado por Hamlet, su hermano mayor.
Familia:
Lizeth Carroll {Madre} Esquizofrénica. Antes de ser diagnosticada solía ser pintora. Está obsesionada con Shakespeare. Bruja mestiza.
Adrian Carroll {Padre} Dramaturgo fracasado. Siempre está escribiendo alguna obra nueva y él asegura que será el próximo gran escritor que Inglaterra espera. Lamentablemente es un soñador y se conforma con escribir reseñas de obras por ahora. Muggle.
Macbeth “Mac” Carroll {Hermano mayor} tenía 17 años cuando falleció en la batalla de Hogwarts. Gryffindor, era el favorito de su madre y él que mantenía unida a la familia Carroll.
Hamlet “Ham” Carroll {Hermano mayor} actualmente tiene 17 años, pertenece a la casa de Slytherin. Es un desobligando, y siempre está metiéndose en problemas. No tolera ver a su hermano menor Romeo pues lo considera un ser débil. No es como si lo odiara, porque en el fondo lo cuida, pero tampoco quiere que lo vean con él.
Desdémona “Des” Carroll {Hermana menor} tiene actualmente 15 años, pertenece a la casa de Hufflepuff, es maternal con sus dos hermanos y Romeo le tiene mucho cariño, aunque no suele hablar ni participar en sus conversaciones.
Nacionalidad: Inglés. Él y su familia viven en un pequeño suburbio en las afueras de Londres.
Vida: Romeo fue el tercer hijo del matrimonio Carroll. Su madre estaba obsesionada con Shakespeare, y sin importarle el que dirán, llamó a sus hijos como a cada uno de sus personajes favoritos. El mayor fue nombrado Macbeth, como si eso fuera el preludio de algo grande, y ese nombre lamentablemente marcó su destino. El segundo Hamlet. El tercero Romeo, y finalmente, a la única niña que tuvo, nombró Desdémona. Mac fue por mucho tiempo el favorito, y al entrar a Hogwarts ingresó a la casa de los leones. Su madre estaba tremendamente orgullosa de este, y le dedicó siempre la mayor parte de sus atenciones. Era el hijo que toda madre desearía. Siempre atento, inteligente, guapo y amable con todos.
Romeo era desplazado poco a poco por sus hermanos. Era el de en medio, el que no tenía atributos físicos y mucho menos una personalidad realmente dulce como la de Desdémona. Ni siquiera se consideraba listo. Claro que todo eso pasaba desapercibido para la madre de estos, quien se preocupaba por cada uno de sus hijos por igual. Aunque claro, siempre existía cierta preferencia hacia el mayor.
Romeo fue criado en todos los sentidos como un niño completamente normal. Jugaba, interactuaba y se relacionaba con otros niños, pero aún desde edad temprana su personalidad quedó marcada por la timidez y desde que recuerda dependía en gran medida de Hamlet, pues al ser tan sólo un año mayor que él, lo sentía casi como un gemelo. A eso se sumó Des, como la princesa del trío, y entre ellos solían pasar los días, contando lo que faltaba para que cada uno fuese a Hogwarts.
A los ocho ya dibujaba, y solía observar a su madre hablar sola. Pero nunca prestó realmente atención y atribuyó dicho comportamiento a su estrambótica personalidad. Finalmente llegó su carta de aceptación a Hogwarts, y aunque ese año Harry Potter se encontraba prófugo y el regreso del señor oscuro se volvía realidad, el niño fue enviado junto a sus hermanos mayores. Era el último año de Mac y el segundo de Ham, y ambos estaban ansiosos por ver a que casa entraría Meo. Terminó siendo una sorpresa que Meo no quedara ni en gryffindor, ni en Slytherin, sino en Ravenclaw. Nadie en su familia había entrado a dicha casa y sus hermanos se sintieron un poco decepcionados al tenerlo lejos de ellos, y más al saber que ese año las cosas estaban definitivamente mal. No obstante, el chico pasó su primer año siendo casi invisible. Él ahí sólo era el hermanito de Macbeth Carroll, un excelente alumno y chico popular gracias a su personalidad afable, y de Ham, el revoltoso, el travieso, el que siempre se metía en problemas.
Las personas pasaban de largo sin verlo, a menos claro, que estuviera pegado a alguno de sus hermanos. No obstante, esa comodidad que le daba ser en cierta medida invisible para los demás no le exentó de sufrir los castigos infringidos hacia los alumnos por mínimas razones. El chico tenía una torpeza natural, propia de alguien sin aptitudes deportivas. Siempre terminaba lastimándose o cayendo, y por esos mínimos accidentes, podía pasar por severos castigos. Hamlet comenzó a ignorarlo, y su único consuelo se volvió Mac, quien también debía intentar mantener a salvo a sus hermanos y a él mismo. Ese año Meo dejó de hablar y comenzó a tartamudear.
Su condición de gordito le hizo entonces destacar por un momento entre los demás chicos. Debía hacer algo antes de que le dejaran el mote de cerdito. La única solución que él encontró en ese momento viable fue dejar de comer. Y para dejar de comer debía lastimarse. El dolor era un placebo para esas angustiosas horas en las que el chico se encerraba en su mundo. La oscuridad teñía el cielo y la guerra era inminente. Anorexia nerviosa dirían meses más tardes…
La batalla llegó, los magos sacaron sus varitas, y él fue evacuado de Hogwarts junto a Hamlet, ambos tomados de la mano. Meo creyó que su hermano iría con ellos, pero por el contrario, Macbeth los miró y los soltó. Meo y Ham fueron jalados por la multitud de estudiantes que salían del castillo. El rubio en su corazón guardaba la esperanza de que Ham saliera ileso de la batalla y regresara a casa como un héroe…
Cuando todo terminó y el señor oscuro fue derrotado nuevamente por el niño que vivió, Ham y Meo volvieron al castillo. Buscaron entre los cadáveres, revisaron cuerpos, y ahí lo vieron. Mac ensangrentado, su rostro como si durmiera, y los parpados firmemente cerrados. Un hilo de sangre seca se había deslizado por la comisura de sus labios y sus cabellos castaños se veían sucios y empolvados. Meo se ahogó en sollozos y temblores mientras que Ham miraba con dureza el cuerpo inerte de su hermano mayor. Romeo nunca supo que pasó por la cabeza de Ham en ese momento, pero él estaba seguro de que las cosas jamás volverían a ser igual.
Decirle a su madre no fue tarea fácil, y cuando llegó el momento de decirle la verdad, la mujer se volvió loca. Meo estuvo presente cuando Lizeth perdió la razón por completo. Como jaló de sus cabellos, como se arañó la cara, como gritó, pataleó y lloró. No era una escena que un chico de once años debiera ver. Su padre llamó a los paramédicos y estos la sedaron. Un mes, dos meses… Meo no contó el tiempo en el que su madre estuvo ausente, en un estado catatónico. Mas tarde sabría que ella sufría esquizofrenia no diferenciada.
Cuando Lizeth regresó a casa, se veía aún más enferma de lo que estaba. Los huesos se le marcaban en la cara y su cuerpo parecía aún más pequeño y frágil de lo que en realidad era. Hablaba sola, miraba de vez en cuando hacia el pasillo y sonreía. La familia entera estaba reunida para darle la bienvenida, y se quedaron de piedra cuando ella en un grito de alegría gritó: Macbeth!
Esos episodios se volvieron frecuentes. Macbeth era un nombre presente y nadie se atrevía a contradecir lo que ella decía. Para ella Mac estaba vivo, la saludaba, sonreía, respiraba… y aún hoy es así.
Meo se fue apartando. Llegó el momento en el que su corazón no pudo más y pudo escuchar como este se partía a la mitad. El chico se distanció y optó por ser aún más invisible de lo que ya era. Ser uno con la pared y con el suelo, ser como el aire, ser como las partículas, los átomos y todo aquello que no se podía ver. Quería desaparecer…
El tiempo pasó y como las estaciones, los chicos crecieron. Le tocó el turno a Des de entrar a Hogwarts, y esta quedó en Hufflepuff. Ham sonreía irónico, pensando en lo gracioso que era al ver a su hermana menor en una casa diferente. Todos parecían ir en dirección opuesta. Meo quería a su hermana con él en Ravenclaw, donde ya se sentía muy solo. Esa noche no durmió, y poco a poco dichas noches en vela se harían más frecuentes con el pasar del tiempo.
Su vida en hogwarts desde entonces no ha sido la experiencia maravillosa que todos esperan tener. Su vida en hogwarts se reduce a una rutina que él debe seguir al pie de la letra. Así es como invisible e ignorado, Meo ha sobrevivido estos seis años. No piensa en la muerte, pues no quiere conocerla aún. Tampoco en el futuro, no tiene ni idea de que hará cuando se gradúe, y mucho menos en el presente, que ya es bastante gris para él.
T.I.M.O.S:
• Astronomía: Aceptable (A)
• Cuidado de Criaturas Mágicas: Supera las expectativas (S)
• Encantamientos: Aceptable (A)
• Defensa Contra Las Artes Oscuras: Supera las Expectativas (S)
• Adivinación: Aceptable (A)
• Herbología: Extraordinario (E)
• Historia de la Magia: Extraordinario €
• Pociones: Aceptable (A)
• Transformaciones: Aceptable (A)
Extras:
-Tartamudea un poco al hablar.
-Sus dos hermanos mayores son castaños, salieron a su madre, mientras que él y Des son rubios como su padre.
-Nunca muestra sus dibujos a nadie. Son demasiado oscuros.
-No tiene amigos, la gente prácticamente se sienta sobre él.
-Se muerde las uñas constantemente.
-No le gusta comer.
-Odia el silencio a pesar de que él mismo sea alguien callado.
-Le teme al agua profunda.
-Es brillante, pero su falta de habla e iniciativa lo ponen en aprietos.
Contraseña: Patronus
Romeo Carroll- Ravenclaw
- Mensajes : 66
Fecha de inscripción : 20/03/2012
Empleo /Ocio : 6to Cruso
Re: Romeo 'Meo' Carroll.
Bienvenido(a) a Lumus Maxima, recuerda revisar en que época del año estamos al igual que los anuncios cada tanto. No podrás postear hasta que veas que tienes la etiqueta que te corresponde. Cualquier duda, ya lo sabes: Mensaje privado o la sección correspondiente.
Diviertete.
La Administración.
¡Es tan grato tener a un Ravenclaw de vuelta! Joven Carroll, espero que este año decida enfrentar su timidez, entre más pasa el tiempo más difícil le sera. Yo sé de eso. Todas las aguilas somos capaces, no dudo de usted, solo es cuestion de imprimir un poco de esfuerzo.
Atentamente
Helena Ravenclaw
Diviertete.
La Administración.
¡Es tan grato tener a un Ravenclaw de vuelta! Joven Carroll, espero que este año decida enfrentar su timidez, entre más pasa el tiempo más difícil le sera. Yo sé de eso. Todas las aguilas somos capaces, no dudo de usted, solo es cuestion de imprimir un poco de esfuerzo.
Atentamente
Helena Ravenclaw
La Dama Gris- Moderador
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