Poppy Lima Scott (Ficha)

Nombre: Poppy Lima Scott

Casa: Slytherin

Edad: 15

Curso: 5to

Estado social: -

Varita: 36cm, muy dura y asimétrica. Tiene pequeños dobleces, no es recta, pero sí muy suave. Blanca, de álamo, lo que le ayuda mucho con su talento hacia los duelos. Su centro es de dragón y hasta ahora no le ha traído muchos problemas para su suerte.

Mascota: Un búho completamente blanco, al cual decidió llamar Ice. No es un animal muy amigable y suele picotear a cualquiera que se le acerque. Por eso es que Poppy le tiene tanto cariño.

Psicología: ¿Por dónde empezar? Poppy no es una chica normal de su edad. Por alguna razón desconocida, ella no tiene la mente de una chica de quince años. Es malvada, siempre lo ha sido. No digo traviesa, no digo mala. Digo malvada. Pero eso no es lo único, sino que casi podría ser considerada una ninfomaníaca. Siempre tiene pensamientos sucios sobre todo lo que la rodea.
Ella hace, luego piensa. No le tiene miedo a nada, pero eso le causa problemas a la hora de planear. Siempre se deja llevar por sus intuiciones o sentimientos, lo que luego la mete en problemas cada vez.
No es buena en casi nada, pero si hay algo en lo que resalta son los hechizos. Duelos? Nadie le gana. Es muy rápida y hábil en lo que hace, realmente le apasiona. Con esas dos cualidades, uno creería que podría ser una Gryffindor; pero no. Tiene la cualidad principal de los Slytherin escrita en su frente, y es conseguir lo que quiere a toda costa.
Tiene muy en claro todo sobre la parte oscura en la historia del mundo mágico, y es algo que le atrae como a nadie. Tanto que para practicar ciertos hechizos que ningún profesor se atrevería a enseñarle suele esconderse en el bosque. Aunque Poppy sólo sabe como practicar la maldición Cruciatus. A veces los insectos y los pajaros inútiles son perfectos como víctimas que nadie nunca encontrará. Claro, jamás lo ha probado en seres humanos y realmente no puede saber cómo es que resultará, pero le intriga saberlo. Quiere saber si resultará tal como aquellos mortífagos habían torturado a sus padres años atrás.
Su cabeza retorcida no tiene límites, pero tampoco tiene raíces. Solo conoce una razón por su odio creciente, y es el que le tiene a su hermana. Por años ha escondido la razón, celos… o algo parecido. Nació siendo una pequeña simplemente traviesa, pero a medida que pasaron los años, pudo ver claramente la preferencia de parte de sus padres hacia su perfecta hermana mayor.
Como una buena Slytherin, siempre quiere cosas nuevas y las consigue como sea, pero su gran deseo y que sabe cumplirá algún día es tener el poder. Ser la que manda, hacer las reglas ella misma. El problema es qué es capaz de hacer para conseguir cumplir ese deseo.
Pero claro, nadie es invencible. No es fácil llegar a los sentimientos de esta chica, pero en el momento que se sienta lastimada o decepcionada, es difícil que lo soporte. En el fondo, lo único que quiere es ser puesta primero, y nada le causa más dolor que jamás serlo.

Físico: Poppy se desarrolló muy joven. Tiene un cuerpo predilecto, cubierto con una piel color porcelana tal como la de su hermana mayor Daisy. Su cabello es rubio natural, largo y sedoso aunque sus cejas puedan decir lo contrario. Por alguna razón, éstas últimas son más oscuras de lo que deberían ser. Un rasgo donado directamente de su padre. Ojos claros y muy superficiales, jamás encontrarás algo en ellos por más que te quedes horas y horas mirando dentro de ellos. Sus labios son finos, al igual que su nariz, aunque siempre tienen una apariencia muy dura.
Jamás la verás desarreglada, con un pelo fuera de lugar. Siempre el uniforme exactamente como debería estar, y nadie puede discutirlo. Es muy delicada y suele pasar un buen rato arreglando su cabello antes de ir a clases todas las mañanas. Fuera del colegio, es exactamente igual; aunque usa muchos pantalones y jeans en lugar de una pollera color gris muerte, como a ella le gusta llamarlo.

Gustos:
+ Duelos mágicos
+ El sexo
+ La magia
+ Hacer lo que no es debido
+ Pasar horas en el bosque haciendo lo que le plazca
+ Tocar el piano

Desagrados:
+ Su hermana
+ Sus padres
+ Ser dejada de lado
+ Todo lo que sea sentimental
+ Perder
+ Estudiar

Familia:
+ Steven Scott {Padre}
+ Rosalie Altman Scott {Madre}
+ Daisy Riser Scott {Hermana mayor}

Nacionalidad: Un pequeño y horroroso pueblo en las afueras de Londres, un lugar donde nadie imagina la existencia de las brujas y los magos. Según ella, no pasa absolutamente nada. Eso la vuelve loca.

Vida: Creció siendo una bebé algo traviesa, hasta los cuatro años. Fue ahí cuando sus travesuras simplemente se convirtieron en actos salvajes de enojo. Sus celos hacia su perfecta hermana mayor la invadían, y comenzó rompiendo sus cosas a escondidas. Eso no era suficiente, y solo le daban a cambio penitencias. A los cinco años llegó su primer ataque grave. Mientras ella, su hermana Daisy y su madre caminaban por la calle del pueblo que era su hogar, Poppy vió su oportunidad. Su madre se había encontrado con una vieja amiga y no les estaba prestando demasiada atención, mientras que Daisy se encontraba casi al lado del cordón de la calle. Mientras un auto se acercaba, Poppy simplemente empujó a su hermana, deseando que éste la atropellara. Pero no lo hizo, no le hizo nada.
Su enojo por la vida que llevaba simplemente creció a pesar de su corta edad. A los siete tuvo su primer ataque de magia, y provocó que una caja completa de cuchillos cayera sobre su hermana. Fue la primera vez que realmente logró lastimarla de alguna manera.
A la edad de nueve años, creyó que su vida mejoraba. Sus padres le habían dicho que Daisy atendería a un colegio pupilo en Gales y que viviría allí durante todo el año; sólo volvería durante las vacaciones.
Por dos años, Poppy fue feliz y no provocó problemas a sus padres, ni una sola vez. Hasta que llegó su carta de aceptación a Hogwarts. Allí descubrió cómo sus padres le habían ocultado durante toda su vida que ella era una bruja, y que tenía talentos ocultos mayores a los que nunca nadie había conocido.
De todas formas, algo ocurrió antes de su primer año en el colegio de magia y hechicería. El gran dictador del cual sus padres le habían contado ahora estaba ganando poder sobre el mundo mágico una vez más. A pesar de que sus padres habían dejado la magia años atrás, en su pequeño pueblo fantasma aparecieron ciertos seres que fascinaron a la joven niña. Mortífagos, se llamaban, y eran dos. Antes de que tuvieran la oportunidad de ver a la pequeña, su madre la metió en un baúl de madera en la sala, indicándole que no hiciera ningún ruido. Lo hizo, aunque mantuvo la tapa algo subida para mirar y descubrió algo increíble sobre su familia. Estos mortífagos que llevaban una extraordinaria marca en sus brazos reclamaban la participación de su padre en el ataque. Al negarse a acceder, admitiendo que había dejado la magia hacía años, uno de estos increíbles hombres sacó su varita. Crucio fue lo único que dijo antes de que su varita produciera un fuerte rayo color rojo y su padre cayera al suelo gritando de dolor. Sus ojos se iluminaron, ella quería aprender tal encanto. Antes de que su madre pudiera defenderlo, otro de los hombres usó su varita del mismo modo que su compañero. Ahora ambos se retorcían como insectos. Inmediatamente una pareja nueva entró por la puerta. Eran ancianos, y no tenían pinta de mortífagos. En ese momento se desató un duelo entre los mortífagos y la pareja de ancianos. Ellos eran sus abuelos, padres de su madre que ella creía muertos al igual que sus abuelos paternos.
Una vez que los mortífagos se habían retirado, y todo parecía a salvo, la pequeña rubia salió del baúl. No tenía miedo, estaba intrigada. Se acercó a sus padres, los cuales se encontraban inconcientes, y se agachó frente a ellos. ¿Cómo era posible tener tanto poder sobre una persona? Jamás lo dijo en voz alta, pero deseaba que en este colegio le enseñaran hacerlo.
Su única pregunta luego del ataque fue demandar saber por qué habían venido a buscar a su padre específicamente, y éste no tuvo opción más que contarle sobre su propio padre. Un mortífago lleno de talento mágico, en especial para la magia oscura.
Resentida en cuanto a sus padres por ocultarle tanto, cursó su primer año en Hogwarts como si nunca quisiera irse. Desde su primera clase resaltó en cuanto a la hechicería, mientras que apenas pasaba las clases técnicas como pociones e historia de la magia. Logró conocer a muchas personas que pensaban igual a ella, y ahí descubrió que ese era su lugar en el mundo.
Durante las vacaciones, Poppy se la pasaba encerrada en su cuarto tocando el piano o fuera de la casa, jamás con su familia. Poco a poco se alejaba de ellos como si no los conociera. Lo único que quería era volver a Hogwarts un año más.

Extras:
+ Muchas veces ha sido amenazada con ser expulsada del colegio
+ Nunca nadie le ha ganado un duelo en su vida
+ Aprendió a tocar piano a los ocho años junto con una profesora algo antipática, pero que le enseñó una manera increíble de descargarse mientras no conocía la magia

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Bienvenida nuevamente, Srita. Scott. Aunque todavía nos encontramos en período de vacaciones, nos complace el prospecto de verla nuevamente entre nosotros. Este es un año de retos, se enfrentará a los TIMOS y como fantasma de la Casa Slytherin le solicito que dé lo mejor de sí, tome el ejemplo de sus antecesores. No esperamos menos que la perfección tanto en lo académico como en el comportamiento. Sea como la Serpiente: que sabe cuando atacar, cuando bajar la cabeza.

Atentamente,
El Barón Sanguinario